2 de marzo de 2010

Shinto La Sabiduría autóctona de Japón (V)

LOS SANTUARIOS
Desde el comienzo, el Shinto es una sabiduría que se asocia a los santuarios, a los rituales y a los festivales. El santuario se construye a menudo en las faldas de las montañas, y siempre en bosques. La Montaña, como sede de lo inmutable, es el lugar privilegiado para la experiencia mística, el lugar idóneo donde instalar los Santuarios para venerar a los kami. El Shinto está plagado de montañas sagradas: Fuji, Yoshino, Kumano o Koya son los más importantes.
Los Santuarios fueron evolucionando desde los pequeños altares familiares o kamidana y estatuas en la orilla de los caminos; a pequeños santuarios cerrados con cuerda y paja como techado y una verja de madera en emplazamientos naturales de gran belleza; hasta los Santuarios y grandes complejos. Destacan por su importancia y antigüedad el Gran Santuario Imperial de Ise, dedicado a la diosa Amaterasu y el Gran Santuario Meiji en Tokio. En ellos hay un objeto que representa el cuerpo del Kami. Cada santuario se dedica a un Kami. El Torii es el gran Pórtico de entrada de los dioses. El Torii más conocido y característico de Japón se encuentra en el mar, en la costa de la isla de Miyajima, y es el Pórtico de entrada al Santuario de Itsukushima.
El Gran Santuario de Ise resulta ser santo entre los santos y muchos japoneses sienten la obligación moral de viajar en peregrinación hasta él, en la llamada Ise mairi, al menos una vez en la vida. Fundado alrededor del 300 d. C. este magnífico complejo construido en fina madera de ciprés japonés, está compuesto por el Geku o Santuario Exterior, edificado en honor a la diosa de las cosechas Toyouke; y por el Naiku o Santuario Interior dedicado a Amaterasu. Las princesas imperiales ocupaban el cargo de Saigu, o celebrantes de los rituales en honor de la gran diosa solar. Y es que el buen gobierno del país dependía de que los kami recibieran el culto apropiado.
El Shinto ordena la vida comunitaria de los hombres mediante rituales. Era, y sigue siendo, una sabiduría llena de festividades. Ceremonias de imploración a los kami solicitando la fertilidad, la abundancia y la protección: Niinamesi, el rito más importante del Jinja, es la ofrenda de las cosechas a Amatersu. Ceremonias de acción de gracias y banquetes en honor de los kami. Ceremonias conmemorativas de las etapas de la vida que son importantes: el Genshisai es el primer rito del año. Finalmente, rituales de curación y de adivinación: Mamori son encantos curativos y protectores. En todos ellos encontramos varios puntos en común. Vemos Kagura o danzas rituales, Miyuki o procesiones y Matsuri que son rezos y ofrendas, de sake, pescado o ramas de pino, que se hacen a los kami para honrarlos. Un rito particularmente especial e importante es el Kegare o rito de purificación. La higiene corporal tiene una gran importancia; las inmundicias, la sangre y los corazones impuros desagradan a los Kami. Así el Misogi o lavado ritual del cuerpo antes de la entrada al santuario era una práctica habitual y fundamental para los japoneses.
Creo importante reiterar la idea de la pureza. En el Kojiki ya vimos la importancia suprema que tenía, para los dioses, el ser puros, física y espiritualmente; evitando primero todo aquello que los convierte en impuros, y segundo, limpiando exhaustivamente las impurezas: Izanagi tras su paso por le ultramundo se purifica por completo y el ‘castigo’ impuesto a Susa no Wo es la limpieza completa de su cuerpo. 


El Torii de Miyajima


[Esta es la web oficial del Santuario de Ise ]

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