27 de junio de 2012

Se acerca la hora de la verdad...

El verano ya está aquí. Llegan las calores. La canícula nos golpeará sin misericordia. Esta sociedad en la que vivimos es, eminentemente, veraniega. La gente sale a la calle, a la playa, a buscar sombras donde cobijarse, de viaje... Sale a bailar y saltar en ferias, verbenas, veladas y Sanfermines. Ya no espera a los fantasmas sentada en la butaca del salón, escuchando la radio o viendo la tele. Somos de entrar y salir, de movernos de aquí para allá. De apagar las penas con tinto de verano y chacolí. En cierto modo, hasta este nefando año de crisis, el verano era una tregua, el gran armisticio que cada año bendecía a los españolitos en su guerra contra ellos mismos. Nos descargaba del temible peso de la sombra de nuestros grandes fantasmas, los espectros que atenazan desde hace siglos nuestro 'querer ser' en el futuro, me refiero a Sancho Panza y el Lazarillo de Tormes. 
Pero este verano es distinto. Seguiremos saliendo y entrando, hundiendo las penas en barriles de cerveza fresca y sidrina. Seguirán las romerías y las bullas tomateras de Buñol. Pero saldremos a la calle malheridos, saltaremos en plazas y calles temerosos por la próxima cornada. Y sobre todo, empezamos el verano temiendo que termine, que llegue septiembre y octubre y nos encontremos de lleno en un otoño que traerá, junto a la caída de las hojas y la melancolía del pasajero amor veraniego, el crack que todos vemos por el rabillo del ojo. Esta sociedad va a hacer crack es este fin de año y comienzos del 2013. Lo se, es una putada, me expongo a que me llamen cuervo agorero y con gusto me retractaré de esto si me equivoco. Pero la corriente nos lleva directos a despeñarnos por la catarata. 
Cuento mi caso que es el que mejor conozco, el de un enfermero (interino) en la sanidad pública. Hace años me congelaron el sueldo. Luego llegó un lumbreras y me bajó el sueldo un 5%, luego llegó otro lumbreras y me subió el IRPF. Ahora, para el descabello, un mastuerzo, me va a quitar el 20 % del sueldo. Además, como a  todos los demás, nos suben la bombona, la gasolina, el IBI, la luz, la comida, el material escolar de los niños y montón de cosas más. ¡Muy bien! Ajo y agua es lo que hay ante todo esto, viviendo como vivimos en la política de los hechos consumados. Pasa uno los días y los días escuchando a decenas y decenas de expertos en economía parloteando de si tal o cual cosa técnica. Yo me quedo acojonado cuando algunos de ellos dicen que hay que reformar la Función Pública y que si hay nosecuantosmiles de funcionarios y que solo en sueldos el Estado gasta una fortuna que ya no tiene. Que hay que aligerar el mastodonte y tal. Hablar es gratis, menos mal...cuando estos señores expertos hablan desde su ciencia diciendo estas cosas tan teóricas y bien formuladas se olvidan que detrás de todos esos miles de funcionarios hay familias enteras, vidas humanas que no tienen ni medio gramo de culpa de trabajar en la función pública. Y ellos quieren eliminar de un plumazo a miles de ellos. Si a mí, interino de medio pelo, me mandan al carajo porque no cuadran sus ecuaciones, que será de mis hijos. Es que mis niños tienen que quedarse sin futuro por los santos cojones de los economistas y los políticos.
Esto se está acabando. No se si los políticos lo saben, pero esto se está acabando. Y se acerca la hora de la verdad. Se acerca el San Martín más triste de la historia reciente de nuestro país. Llegará el momento que no haya más cosas que recortar, llegará el momento en que no queden más funcionarios que despedir, llegará el momento en que no queden más IVAS que subir. Llegará el momento en el que la gente deje de comprar, de gastar y consumir. Llegará el momento en el que la gente empiece a morirse en los Hospitales por falta de personal y material. Llegaran montones de denuncias y tendrán que gastarse millones en indemnizar. La gente corriente, a los que trabajamos en la pública, nos miran mal, es cierto. Es una pena que sea así, que le vamos a hacer, nunca hemos sabido vender lo importante que somos en este país. Nos miran con odio o con envidia como si fuéramos privilegiados millonarios. Ahora somos privilegiados mileuristas... los más afortunados. Pero llegará el momento, y llegará, que la gente corriente verá como su vida se va a pique porque además de pagar todo lo que tiene que pagar le faltará el buen trabajo y la dedicación de los que estamos siempre al pie del cañón, maestros, médicos, enfermeras y la demás ralea pública que somos los que de verdad hemos hundido el país con nuestro millonarios sueldos y privilegios. Somos unos malvados y merecemos cada recorte. ¡Cuanta mentira! Cuando el ciudadano medio empiece a caer, llegará la hora de la verdad, la auténtica profecía maya para los políticos. Cuando veamos que faltan médicos, maestros, etc. con millones de parados y cientos de miles de comercios cerrados, con gente que siempre ha sido pacífica pero que ahora tiene que hacer cosas tremendas para llevar comida a su casa y que está a un tris de perder los papeles y montar la marimorena metiendole fuego a lo primero que vea. ¿Qué harán los políticos entonces, cuando se vea que ellos siguen siendo muchos, que ellos sí tienen sueldos millonarios y privilegios? ¿Qué harán los políticos cuando España haga CRACK?