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13 de septiembre de 2017

Se acaba aquí esta andadura que comenzó un 20 de enero del año 2009. Un montón de años, un montón de experiencias, pensamientos y sentimientos que quedan aquí plasmados para la eternidad digital. Gracias a los pocos lectores que os habéis dejado caer por aquí. El proyecto de los momentos perdidos se acaba, pero seguiré escribiendo en otro sitio, por supuesto.
Adiós. Hasta siempre.

16 de septiembre de 2015

La mirada de Rick

Reflexiones Patibularias 
CI

Pienso en mi mirada como si fuera la mirada de Bogart en Casablanca.

Observar la vida –el mundo, la realidad- con detenimiento. Empezamos por ahí. Pero miramos desde dentro, por mucho que quisiéramos mirar desde fuera. En no pocas ocasiones vemos cosas que no nos agradan, o que nos parecen injustas, incluso inconcebibles. Y tras esa observación llega el razonamiento, la comprensión y la interpretación de la vida que vivimos –o del mundo que habitamos, o de la realidad que nos acoge. Es cierto que hay mucha gente que vive sin observar (y ni hablamos de razonar, de comprender e interpretar). Es cierto, también, que hay gente que razona e interpreta sin observan ni un destello siquiera de lo que ocurre. Y hay gente muy razonable que observa pero que no acepta ni soporta lo que observa; y como no le agrada lo que ve, o le repugna, termina estirando la cuerda que une ambos momentos y termina poniendo allí cualquier ocurrencia. 

En no pocas ocasiones, es repugnante lo que uno observa –mientras vive. En no pocas ocasiones sólo observo lobos a mi alrededor. Lobos con piel de lobos, lobos con piel de cordero, corderos que se hacen trizas a ellos mismos y terminan vistiéndose de lobos, lobos disfrazados de pastores, pieles de lobo vacías con espectros en su interior. Y otras gentes observan la realidad y no los ven. Y otras gentes observan el mundo y aunque los ven, los niegan porque les repugna, o les asustan. Y me pregunto, ¿cómo es que no ven lo que veo?, ¿cómo es que no ven la lobunez, la maldad, lo dañino que somos, lo destructivo, lo inhumano, que no hay esperanza que valga, que no hay salvación ni redención, que nada que hagamos es suficiente?, ¿cómo pueden ser tan miopes, o tan ingenuos? Y pienso también: el mundo no debería ser un mundo de lobos. El mundo tendría que ser un mundo de otra cosa. Y pienso –me pregunto más bien- qué ocurriría si de repente llegará un oleaje de santidad y beatitud al mundo y todo fuera como debe ser. Y así, como por arte de magia, dejaríamos a un lado nuestra lobunez y todo funcionase a la perfección; que una felicidad desbordante se apoderara de todo ser humano. ¿Cómo sería un mundo así –o una realidad, o una vida- en la que realmente el mal perezca y el bien prevalezca? Seguramente no serían pocos los que se aburrirían. Y tampoco serían pocos los que desconfiarían de semejante utopía, y le verían los tres pies al gato.

Pero, después de todo lo que llevamos pasado como humanidad lobuna, del daño infligido, del odio derrochado, ¿estamos realmente preparados para la perfección, la bondad, el altruismo sin concesiones? ¿No tendría que entrar tal oleaje hasta nuestro propio código genético? Si todo fuera tan perfecto, lo que sobraría es nuestra cultura, nuestra civilización, que no dejan de ser un ardid evolutivo –como las plumas de colores, las garras, las alas, las hachas bifaces- para ajustarnos a un mundo lobuno lleno de violencia y competición sin fin. Cuando todo sea una maravilla, nada de lo que tenemos nos hará falta. Y será, entonces, el fin del capitalismo consumado, entre otras cosas tales como las ideologías políticas y las confesiones religiosas. Incluso el lenguaje y la comunicación no serían precisas puesto que estaríamos es un estado de perfección cósmica.

Después de pensar tanto dislate, lo que realmente terminamos haciendo es manejar las imperfecciones de un modo digno, y justo. Porque hay personas, como mi amiga Adela, como mis padres, que aun siendo imperfectas, son dignas, honradas, altruistas, solidarias, reflexivas, que tratan de controlar su lobunez con razones y emociones. Entonces, ¿cuánta cantidad de imperfección podemos aguantar, cuánta cantidad de lobunez podemos soportar? Volvemos a donde comenzamos, al ojo del observador que mira la vida desde dentro de la vida. Y todo vuelve a empezar: es el eterno retorno de lo igual. Termino con este patíbulo con Nietzsche, aquel observador de la realidad que acabó loco perdido hablando con los caballos.

15 de septiembre de 2015

Diatribas a la inteligencia emocional (más bien a su ausencia)

Reflexiones patibularias


C

¡Ay, cómo son¡... 

Los incompetentes emocionales; los kamikazes de la discusión; los insuficientes en la comprensión de los otros; los estrechos de miras; los incapaces de cariño; los derrochadores de ira y de envidia. 

Los ineptos en la empatía; los incapaces en el saber estar; con la expresividad de una roca, con el mismo talento que un liquen para comunicar sus emociones; ausentes aquel día en el que repartieron el sentido común, la cordura y el buen corazón.

Los que solo miran su ego, los que solo hacen caso a su ombligo, para los que solo existen sus propias necesidades; los que no templan sus nervios; los que bajo la piel arde una dermis de violencia latente.

Aquellos que viven presos de sus diablos, encadenados a sus adicciones; aquellos a los que la frustración y el strés empeoran su estulticia; todos esos que no se esfuerzan un ápice en convivir en paz con sus prójimos más cercanos. 

Rácanos del afecto, derrochadores de negatividad, expertos en la coacción y maestros del chantaje emocional; ases en retorcer las cosas, en envenenar las conversaciones.

Los que nunca prestan auxilio, los que ni dan ni piden ayuda, la exigen como si fuera un imperativo de la existencia; como si nadie más que él tuviera tribulaciones y  problemas.

Los que no se hacen responsables de sus actos, tampoco de sus palabras; los que quieren conseguir las cosas mediante pataletas e imposiciones.

Los que se obcecan en la culpa e ignoran las soluciones; centrados en lo negativo en vez de arreglar la tarea; esos campeones en buscar culpables, pero que nunca piden disculpas, ni perdón cuando se equivocan.

Tullidos, impedidos, baldados. Perdidos en el orgullo, absorbidos por la soberbia; ensimismado en su arrogancia, enrocado en la cabezonería más obtusa. 

¡Ay, de esos a los que les falta el corazón a pellizcos¡ ¡Ay de esos que padecen de insuficiencia de inteligencia emocional¡

Reflexiones Patibularias 99

Reflexiones Patibularias

IC

Ya sé que el 99 en número romanos se escribe 'XCIX' pero hoy voy a hacer lo que me dé la gana... ¡estoy rebelde!

- En ocasiones veo lobos. Bueno, eso era cuando era pequeño, quizás ingenuo y sin experiencia. Ahora, en ocasiones dejo de ver lobos. Y es eso, que no los veo, no que no estén ahí a la vuelta de la esquina. Un mundo de lobos. De lobos contra lobos.

Maquinadores y calculadores somos los lobos; siempre tramando y urdiendo. Feroces, con ganas infinitas de hacer daño al otro, incluso de manera preventiva. Algunos se enfadan con Hobbes y lo tachan de esto y aquello por decir lo que dijo. Y a mí me llamarán pesimista. No hay problema. Lo que me enfada es que lleve razón -fíjate.

- Y en ese mundo de lobos, se mueven idealistas -esa gente que al mirarse al espejo no ven al lobo sino al cordero- que siguen pensando y esperando finales felices y no tener que elegir entre malos males. Esto es tan antiguo como la lobunez: defendernos de nuestra propia lobunez. 

- Porque la lobunez nos revienta por dentro. Y nos llena de frustración, lo que nos hace más lobunos todavía. Y piensan algunos que pueden escapar de ella. Ahí nace la utopía. 



PD: Pido perdón al pobre lobo, que no tiene culpa de que alguien cogiera su nombre para estos menesteres.

11 de septiembre de 2015

Reflexiones Patibularias 98

Reflexiones Patibularias 98

XCVIII


¡Qué grande! 
La maestría de decir mucho con poco. El problema está en lo mucho que han cambiado las cosas.
Ahora se lee muy poco; y ya no se viaja, se hace turismo. Con lo que al fascismo y al racismo añadimos la superficialidad exagerada y el esnobismo bocazas que no hacen sino empeorar a los anteriores. 

6 de septiembre de 2015

Reflexiones Patibularias 97

Razones Patibularias 97

XCVII

La red que nos circunda y en la que vivimos nos oprime. Nos mata. Corrupta, injusta e inhumana. No se atiene a las razones, a los argumentos. No se atiene a la bondad y la humanidad. No cambia por las buenas. Si no cambia por las buenas, habrá que cambiarla por las malas ¿Cuánta cantidad de violencia estás dispuesto a usar para desembarazarte de ella? Esto nos pone ante dos cuestiones, una interna y otra externa. La externa, ¿somos realmente capaces de generar la suficiente violencia como para ganar a la potencia máxima en generar violencia? Lo que nos lleva a la cuestión interna, si somos capaces de generar esa violencia, ¿qué nos diferencia de esa red?, ¿no nos convertiremos en una nueva potencia máxima que tendrá que ser depuesta, una vez más, por los que están por venir? Si la vía de los argumentos es imposible, si la vía de la emociones humanas no funciona y la vía de la violencia es catastrófica, ¿qué es lo que nos queda? Sobrevivir eligiendo una de las opciones. La que consideres el mejor malo de los peores malos que tienes para elegir. Pasarte al otro bando. Quedarte como estás. Quedarte como estás intentando escapar por los recovecos del sistema. Seguir intentando razonar con la bestia. Seguir intentando emocionar a la bestia. Meterle fuego a la bestia. Que la bestia te meta fuego a ti. Que ambos, la bestia y todos los demás terminemos cayendo por el sumidero de la historia.

4 de septiembre de 2015

Reflexiones Patibularias 96

Reflexiones Patibularias 96


XCVI

Llamamos ‘icono’ al “signo que representa un objeto o una idea con los que guarda una relación de identidad o semejanza formal”. Tenemos un hecho y lo reflejamos, o representamos, a través de una imagen. Esto es, una realidad pasa a ser un signo abstracto o gráfico. La iconización es un proceso de abstracción muy humano. No hay nada malo en ello. La utilidad es manifiesta. Pero hay días en el que este proceso se hace muy patente.
Es el día en el que la muerte del crío en la playa queda convertida en la foto del pobre crío en la playa. Y es ésta, la foto, el icono, la representación, lo que recorre las redes. 
Yo estoy viendo un problema aquí, y no es convertir la realidad en icono. Hace mucho tiempo un tipo desconocido fue muerto y crucificado en la gran puñeta. De ahí surgió un movimiento social y religioso que rápidamente acogió como icono a la cruz. El icono tuvo éxito, todo el mundo sabe lo que representa; y, además, ha llegado hasta nuestros días. 
El problema del pobre crío es que ha llegado a morirse a la orilla del consumo exagerado y sin límite. Ha llegado a morirse a una realidad donde las cosas duran lo que dan de sí, lo que tardan en consumirse. Y aquí se consume de todo, incluido el simbolismo, las imágenes y los iconos. Y se consumen con ferocidad rabiosa. Y los consumimos hasta que se consumen, esto es, hasta que se gastan y nos dejan de valer y buscamos otros nuevos. 
Los símbolos generalmente tardan un tiempo en eclosionar, en solidificar y que todo el mundo sepa qué quiere significar. Y cuando solidifican, por mucho que los uses y mangonees no se disuelven ni llevan al equívoco. Volvamos al símbolo de la cruz y su éxito como icono. Todos sabemos qué significa aunque se haya reducido el peso específico de tal confesión religiosa. Si alguna vez ésta llegara a desaparecer el icono quedará en los libros y los niños del futuro podrán comprender que una vez existió tal cosa. Lo mismo pasa ahora cuando vemos un ‘Ojo de Horus’ (el Udyat) y sabemos que representa a la religión egipcia, un credo completamente desaparecido pero que en su día suponía la realidad cotidiana de mucha gente durante mucho tiempo. 
El problema está en convertir al pobre crío muerto en icono, en representación, en material de consumo para usar y tirar. En estos tiempos que vivimos las cosas no tienen poso, no cuajan, no solidifican. Y precisamente es internet y las redes sociales lo que hace que no eclosionen las cosas. Las redes no son parte de la solución, son parte del problema. Problema que no se resolverá, desde luego, eliminando las redes. Es que el problema se las trae. Y el pobre crío huyendo de sus terribles problemas ha llegado a morirse a ésta nuestra orilla donde estamos a lo que estamos. ¡Pobrecito!
Y junto al icono se propaga la indignación. Una indignación igualmente icónica, representativa e ideal. Una indignación de consumo, que consume iconos como los coches consumen gasolina. Pero estos símbolos e imágenes se gastan y ya no dan combustible para la indignación. ¡Más madera!, decían los Hermanos Marx montados en aquel tren. La semana que viene ocurrirá otra tragedia que será convertida en icono. Y así hasta que nos consumamos nosotros mismos.
Yo tendría mucho cuidado con aquellos que quieren convertir la realidad en foto, el hecho en icono, y la indignación de verdad en pantomima de autoflagelación colectiva que dura dos telediarios. Estaría bien que hiciéramos las cosas bien esta vez. Y santificar con el éxito el icono del pobre crío muerto en la playa. Y que solidifique, que eclosione, que se haga indeleble en el tiempo, como la cruz y el udyat. Y nos recuerde a todos que no podemos dejar a los pobres críos morirse en las playas.
PD: ¿Por qué ahora, y no hace dos meses o dentro de dos meses? Me gustaría que alguien solvente pusiera sobre el tapete una explicación técnica de este éxodo masivo en el verano de 2015 cuando los combates en Siria llevan unos años. Las cosas no pasan porque sí. Quisiera tener en mi poder más elementos de juicio.

4 de julio de 2015

Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad. Reflexiones patibularias 95

Reflexiones Patibularias 95

XCV

El arte del 'meme' o la batalla para llegar a lo más hondo de la mente del ser humano y ponerla a favor o en contra de lo que sea. En el campo de batalla que supone internet (y las redes sociales), es esta otra trinchera en la que se baten el cobre unos contra otros. Y Grecia no iba a ser menos... menudo bocado.
Ahora ponte tú -después de leer los cientos de memes que rulan por ahí y que tratan de sacar el monstruito que llevas dentro- a pensar seriamente si votar óxi (NO) o naí (SI).
Es como si no hubiera un mañana. Muchos de estos memes, de estas caricaturas y viñetas parecen que buscan dejar la tierra quemada, el suelo baldío, el daño irreparable y la reconciliación imposible. Que el encuentro no sea posible, que sólo haya espacio para la confrontación. ¡Boga de ariete! decían en la película Ben Hur. En los memes hay mucho de esto.
Como muestra un botón....


Katá (en contra)
1.

2. 

3. 


Ypér (a favor)
1. 

2.

3. 





1 de julio de 2015

Reflexiones Patibularias 94

Reflexiones patibularias

XCIV

Exageración


Sobreactuación

Histrionismo

Desproporción

Extremosidad
Desmesura
Sobredimensión
Demasía
                                              



Y en medio de esto, es un acto de profunda subversión pedir lo contrario.... 


Ya me tocan las vacaciones. En este clima de aparatosidad hiperbólica y ridiculismo(*)-agotador e irritante- dan ganas de desconectar, cuando menos. Feliz Verano.

(*) Palabra portuguesa

30 de junio de 2015

Reflexiones Patibularias 93

Reflexiones Patibularias 93

XCIII

1. Una de las cosas que tiene hacerse mayor, de madurar, de tomar las riendas de tu vida, es lidiar y apechugar con lo malo y negativo que te venga. Asumir los errores, pero siempre centrado en la tarea de arreglar las cosas. Manejarlo, impedir que te destroce, aprender de los errores, y que no vuelva a ocurrir; y si ocurre de nuevo estar preparado. 
Soslayar las cosas, patalear y encabronarse, negarlas como si no existieran, mirar para otro lado haciéndose el sueco, evitarlas como si tú no estuvieras allí o no tuviera nada que ver contigo, inventarse un enemigo exterior que se conjura en tu contra, son trazos de inmadurez que pueden empeorar una situación ya de por si complicada. 

Pero claro, del dicho al hecho hay un trecho. ¡Ponte tú a razonar con estas calores....¡



2. La 'Guerra Mundial Total' en este posmodernismo nuestro, en la sociedad del capitalismo consumado, es la máxima perfección de la inveterada 'Ley del Talión' que ya aparecía en el Código de Hammurabi. Mira que han pasado cosas y sigue mucha gente pensando que un acto de violencia e injusticia se sofoca con otro. Y que un acto de violencia e injusticia rebozado como una croqueta de justicia y legalidad se sofoca con otro acto de violencia e injusticia rebozado cual empanadilla de legitimidad popular. Y que al poder destructivo masivo ha de anteponerse otro de igual, o mayor, intensidad.
Nos cuesta aprender cosas imprescindibles. La parábola del escudo y el puño, nos habla de qué ocurriría el día en el que el puño más fuerte e indestructible se enfrentara al escudo más recio e indestructible. Ambos se destruirán.



3. Pues venga... ¡boga de ariete!.... Porque claro, ¿quedarse quieto, parado, callado, aguantarse? .... 
El futuro -nos dicen- no está escrito, está abierto, no estamos predestinados a nada de antemano. Somos dueños de nuestro propio destino.
Va a ser que no.... que si realmente somos como hemos sido, que si seguimos haciendo lo que nos pide el cuerpo, lo que clama la justicia -que el mal perezca y el bien prevalezca- somos combustible vivo de la Ekpyrosis de los estoicos, pasto de la apocatastasis de la patrística. La victoria no será la propia victoria sino la destrucción del otro. Así los dos ganarán porque ambos de destruirán, con todos los demás en medio. 

¡Qué mala es la caló!



14 de junio de 2015

Reflexiones Patibularias - Meter el dedo en la llaga.

Reflexiones patibularias 92

XCII



En el Evangelio de Juan (capítulo 20, versículo 24) aparece el episodio de Tomás y su necesidad de pruebas tangibles para creer en la resurrección del nazareno. Tomás no cree si no ve, si no palpa, si no tiene experiencia directa y sin intermediarios de lo que le pasó a Jesús. 
Si traemos este suceso a la actualidad tenemos que la gente no aprende en cabeza ajena; aprende por sus propias experiencias. Me refiero, claro está, a la actualidad política que vivimos actualmente. El ciudadano no aprende ni por fe, ni por miedo, ni tampoco por las pataletas ridículas de los perdedores. Estamos, eso creo, ante el evento educativo y de aprendizaje social que nos iba haciendo falta.
Por eso, hay que meter el puño en el costado, retorcerlo, hasta quedar saciados de conocimiento de primera mano. Y luego de meter el puño, que se meta el cuerpo entero y pueda verse por uno mismo lo que hay y lo que no hay dentro. Si es cierto lo que dijeron o es una nueva sarta de mentiras. Que cada uno lo compruebe por sí mismo. Así que a por ello, con saña y denuedo, a meter y a meter, hasta que quedemos exhaustos.
Cambiar la fe por los viejos a la fe por los nuevos es una estupidez gigantesca. También significa que no hemos aprendido nada después de todo lo que llevamos pasado. La credulidad de hoy en día no tendría que depender de la fe sino de los hechos. 
Para que nadie pueda decir que no tuvieron la oportunidad, para que nadie diga que no les dejaron, para que nadie diga que se les impidió hacer y deshacer a su antojo. Y, sobre todo, de una vez por todas, nos hacemos responsables de nuestros actos, aguantarse con lo que salga, que somos mayores de edad y no hormigas necesitadas de salvación constante.
Lo dicho, hay que meter en el dedo en la llaga. Y no solo hay que meterlo, una vez dentro hay que retorcerlo y retorcerlo hasta que nos quedemos bien satisfechos.
Tenemos que hacernos mayores de edad y dejar de lado estas estupideces infantiles, esta pose de tragedia constate que no nos ayuda en nada. Nuestra sociedad muestra la extraña combinación de dos distorsiones. La primera es el mesianismo: la constante necesidad de que nos salven de otros. La historia sociopolítica del último siglo es mesianismo puro, en el que un país de menores de edad han clamado al cielo (y últimamente en las redes sociales) para que un Mesías llegue para salvarnos de las garras del malvado de turno. El último es Pablo Iglesias y su partido PODEMOS.
Junto a éste encontramos al milenarismo: el mundo se está acabando, la destrucción se nos viene encima si seguimos así. Vivimos al borde del Apocalipsis constante. La nueva catástrofe la está promoviendo el PP ante los resultados electorales que han acontecido.
Vivimos en la distorsión constante. Y más que un problema de inacción, dejadez o pasotismo de la ciudadanía lo que yo veo es histrionismo social un tanto patético y lastimoso. La tremenda exageración de unos y otros, una hiperbólica necesidad de agigantar nuestras diferencias, de acrecentar los males –mientras se ningunean las semejanzas-, en un frentismo sin misericordia ni reconciliación.
Es alucinante ver lo que pasó ayer sábado 13. Exageración de los que celebraron las investiduras como si hubiera caído el Muro de Berlín o hubieran ganado un Mundial. Exageración de los que no la celebraron como si se hubiera abierto las puertas del Averno y una legión de animas ponzoñosas vinieran a por nosotros para convertirnos en zombies (más o menos lo que le pasó a Jon Snow en el capítulo 8 de la temporada 5). 


No estoy a favor del PP. No estoy a favor de PODEMOS. No voto ni a unos ni a otros. Estoy en contra del frentismo, del antagonismo guerracivilista de esta sociedad histriónica que hemos construido. Estoy en contra de que sólo puedan existir dos bandos y haya que afiliarse a uno de ellos por cojones. Me molesta la minoría de edad de muchos conciudadanos que esperan que un Mesías con coleta le salve de las garras de un tío con bigote. Me molesta la minoría de edad de muchos conciudadanos que tienen el miedo en el cuerpo por el supuesto Armagedon que llega con el cambio político. ¿Cómo saber, a priori, que PODEMOS, va destrozar el país? Nadie sabe el futuro. Esto dura 4 años. Si dentro de 4 años resulta que son unos mataos o que no son el grupo de monjes budistas que dicen ser, que se corrompen en su pureza y son tan chungos como los de antes, la gente podrá volver a votar lo que quiera; y se irán por donde vinieron. Pero tiene que ser a posteriori, con los hechos por delante, con el dedo metido en llaga.
¡Por favor! qué trabajo nos cuesta la mesura y el equilibrio. Hay que hacerse mayor, de una vez 

29 de abril de 2015

¿Cómo no van a existir políticos como Esperanza Aguirre?

Reflexiones Patibularias 90

XC

La Sociedad y los políticos están interconectados. Los políticos que votamos no vienen de Marte, salen de los mismos sitios en los que vivimos los demás. 
Me pregunto: ¿Qué chorro o corriente de influencias es más fuerte, la que va de los políticos a la sociedad o la que va de la sociedad a los políticos? ¿Influyen más los políticos en la gente, o la gente en los políticos?
Me lo pregunto viendo la pretensión de Esperanza Aguirre sobre los sin-techo de Madrid. Uno la escucha decir eso -así tan pancha- y piensa, automáticamente, "a esta tía la dado un ictus y el cerebro lo tiene con falta de riego". Desde el punto de vista estratégico parece un error, además, porque los partidos contrarios se le van a lanzar a la yugular por tales declaraciones desalmadas e injustas. Lo parece pero no lo es: un error estratégico político digo. 
[Estamos ante una de las personas más denostadas del país. Pero, me parece a mí, que a esta señora la denosten e injurien se la trae al pairo. Creo que su estrategia es, precisamente, esa: ofrecerse como saco de arena o muñeco de vudú para que todo el que quiera se desahogue con ella y enriquezca el libro de los insultos patrio, ya de por sí rico. Entiendo, a nivel personal, que la táctica del insulto y la vejación con denuedo no sirve con esta pájara. Lo suyo, lo más efectivo creo, sería el silencio total y absoluto sobre su persona y sus exabruptos. Pero claro, lo que a uno le pide el cuerpo cuando la escucha hablar es mandarla a tomar Fanta.]
A lo que voy...
Lo que dice Esperanza Aguirrre, ¿lo dice para influir al conjunto de 'sus' votantes de la sociedad, o es el conjunto de 'sus' votantes de la sociedad el que le pide que haga esa declaración de intenciones? Pienso que es más fuerte la segunda corriente que la primera. ¿Cuántos madrileños quieren que de verdad ocurra eso que está diciendo la Sra. Aguirre? Por supuesto, los suficientes para que esta señora diga eso en medio de un programa de la televisión. Claro, el que odia a Espe, o el que no está ideológicamente alineado con Espe no la va a votar aunque Espe hubiera dicho lo contrario: "vamos a ponerle una casa en la calle Serrano a todos los sin-techo" (modo irónico on). Espe se debe a sus votantes, a sus supporters. Esperanza Aguirre habla para la hinchada conservadora que verá como los simpatizantes de las tribus socialista y podemita la van a poner verde y azul todos estos días. Y eso, el pim-pam-pum del fuego cruzado, va a despertar al electorado conservador, que es lo que necesita Espe, que vayan a votarle para que lo que dicen las encuestas no se cumpla.
Conclusión: Esperanza es una provocadora mendaz, pero detrás de ella hay un grupo poblacional al que le encantaría que hiciera lo que ha dicho que va a hacer. 
Personalmente, la Espe me importa un bledo; tarde o temprano terminará con sus huesos en una institución privada para ricos aquejada de Alzheimer o un similar. Lo que me preocupa es ese conjunto poblacional y el conjunto que se le enfrenta. Muestra el problema irresoluble que llevamos arrastrando desde el siglo pasado y que Goya dejó pintado en un cuadro tiempo atrás. A un sector de la sociedad no se le quitan las ganas de echar al mar y a golpes, para que se ahogue, al otro bando de la sociedad. Esta no es una sociedad de reconciliaciones, sí de cuentas pendientes. El frentismo siempre gana a la construcción de espacios comunes; y la radicalidad a la mesura y la prudencia. ¿Cómo no van a existir políticos como Esperanza Aguirre?

23 de marzo de 2015

¿Porqué se vota lo que se vota?

Reflexiones patibularias 89

LXXXIX


¿Porqué se vota lo que se vota? Unas personas votan ideas. Otras votan programas. Otras personas votan personas. Y, finalmente, otras votan resultados.
Las ideas son etéreas e inasibles, pura abstracción. El aire contenido en un globo, o una especie de murmullo inespecífico, que aquí y allá, fue tomando cuerpo en la cabeza de algunos y que luego se fue haciendo letra en tratados filosóficos y políticos; y, sobre todo, dando lugar a tradiciones de pensamiento: las distintas familias conservadoras, liberales y socialistas, para que nos entendamos (aunque no sean las únicas, sí son las más conocidas y afianzadas en las democracias de nuestro entorno). 
Las ideologías, todas, son apriorísticas. Esto es, tú estás dando por bueno, maravilloso y deseable, lo que otra persona pensó que sería lo mejor que podría pasar. Muchos aspectos de la ideología política (como de la religión) son elementos emocionales blindados y justificados con elementos racionales para salvaguardar la conciencia de aquel que los acepta sin espíritu crítico. La ideología, en eso no estoy de acuerdo con la gente seria que construye inmensos edificios racionales y teóricos, tiene que ver con las emociones de filia y fobia, de simpatía y animadversión que todos llevamos dentro. Es una croqueta de engrudo, de masa informe pero rebozada de argumentos racionales que le dan lustre y brillo, y parece hasta otra cosa, alta cuisine. Son incontrovertibles, esto es, que no admiten dudas ni disputas desde el afuera de sí. Cada ideología sólo se reconoce a sí misma, y asume que es la auténtica verdad verdadera, y que las otras ideologías son pura charlatanería. Votar por ideología es votar por acto de fe. La fe de que el programa y las personas (los partidos y los políticos) hagan lo que supuéstamente dice ese corpus ideológico vago y difuso.
Los programas son la materialización de esos barruntos psicoemocionales que llamamos ideología. Es una tarea hermenéutica, de interpretación de esa doctrina vaporosa para transformarlas en líneas de acción posible. Mucha gente vota el programa al creer que es una emanación del credo cosmovisional (de nuevo elementos religiosos). Hay una cuestión no baladí sobre quién tiene que hacer los programas políticos: los teóricos del ramo, auténticas ratas de biblioteca que no han pisado la calle en su vida, o los políticos profesionales que sí toman el pulso de la calle pero que son auténticos iletrados en cuanto a conocimientos de su historia cosmovisional. Los problemas que surgen de aquí son tremendos, claro está, porque ¿subir impuestos que era, algo de izquierdas o de derechas? si era de izquierdas, que hacen los de derechas fulminándonos con impuestos a punta pala, ¿la estatalización benefactora que era conservadora o socialdemócrata? si el Estado de Bienestar es socialista que hacen estos pegándole hachazos sin misericordia. Y como estas aporías, salen un puñado larguísimo de ejemplos. Pero, ¿en qué sitio dice claramente y sin duda que hacer x o y sea de izquierdas o de derechas? En ninguno. Son imaginarios colectivos manipuladores de las masas que nos hemos ido construyendo durante siglos. Es claro, ningún programa puede plasmar de manera fiel y efectiva una ideología porque ninguna ideología es lo suficientemente clara como para que pueda hacerse. Además, el programa tiene que ajustarse a la realidad fáctica del día a día y la cotidianidad. Si la ideología vive en los mundos de yuppi, donde 2 y 2 siempre son cuatro; el programa tiene que resolver los problemas de gente real de carne y hueso, en un mundo imperfecto en el que un cuadrado tiene 7 lados y el círculo esta ovalado. El que vota el programa pensando que es la plasmación perfecta de la ideología, realmente vuelve a votar a la ideología por acto de fe. El que vota el programa pensando en la realidad, realmente (valga la redundancia) no está votando al programa. Se está autoengañando, seguramente para apaciguar su conciencia, o para ponerse una medalla: eso le hace sentirse de modo especial y único, como si al votar a los socialistas por ejemplo ("esa gran ideología, la mejor de todas, sin duda, ¡qué digo!, la única que habría de permitirse porque las demás son criminales... blablabla") estuviera meando colonia (a las otras les pasa lo mismo, no se preocupen). El individuo que vota por ideología, o al programa por la ideología, piensa que está ungido por la mano de Dios. Y ahí hay muy poco de espíritu crítico y mucho de fanatismo no reconocido. Realmente está votando a un político o a unos resultados, pero de algún modo no puede o no quiere reconocerlo.

12 de marzo de 2015

¿Con cuál te quedas? ¿Cuál eliges?

Reflexiones patibularias 88

LXXXVIII

Ayer, 11M, día importante donde los haya para nuestro país, coincidieron 2 sucesos que pueden, seguramente, definir la clase de sociedad que somos: decadente y enfermiza.





¿Cuál suceso es más indignante? Mi opinión personal viene al final. Pero, por desgracia, tras esta pregunta se enlaza otra que sí es muy puñetera: ¿cual España te indigna más? 

El problema surge cuando mucha gente cabreada por uno de los sucesos ningunea el otro hecho como si fuera una estúpida minucia. En dos tertulias que acabo de terminar de ver, así zapeando, el tratamiento ha sido surrealista. En una no han dicho ni una palabra de una; y en la otra no han dicho ni una palabra de la otra.

Ante ambas situaciones, curioso el paralelismo, he encontrado reacciones de indignación destemplada, acusaciones de que esto ha sido una agresión al Estado de Derecho. En definitiva, gente que se siente burlada e insultada que escoge bando para enfrentarse al otro bando. Eso es lo raro, que te indigne una cosa y te indigne también que al otro -el enemigo- le indigne más lo otro que lo que a ti te indigna. Como si fuera contradictorio enfadarse por una cosa y la otra. 

¿Qué bando escoges tú?

La España de los dos bandos sigue viva. Esa España que ve que los agravios de unos son más gravosos que los de enfrente. La España en la que no hay reconciliación posible. La España que quisiera tirar al mar a la otra España.

PD: Ambas situaciones me parecen aberrantes y tremendas, situando la calidad de la democracia en mínimos históricos. Pero, no sería capaz de dictaminar quién tiene más motivos para decir que un caso es más grave que el otro. Ambos lo son, y lo justo sería que hubiera respeto mutuo entre los que entienden que uno de los dos es más grave que el otro.


27 de febrero de 2015

Buscan que el odio genere más odio.

Reflexiones patibularias 87

LXXXVII

Una guerra -tal y como se plantean las guerras hoy en día- se mantiene con un incremento constante del odio. Ese es uno de los planteamientos de ISIS en su guerra declarada contra Occidente. Y para que el odio no sólo se mantenga sino que vaya in crescendo, necesitas saber qué es lo que le duele y ofende a tu contrincante. Si consiguen que el enemigo odie tanto o más que tú, conseguirán su objetivo, que no es ganar la guerra, sino destruir el mundo.
En una magnífica película de John Ford, Centauros del Desierto, el cowboy protagonista, cegado por el odio a los apaches que secuestraron a su sobrina, dispara a los ojos de un indio semienterrado. Así no podrá ver cuando llegue al paraíso y se reencuentre con sus ancestros.
En la maldita causa de ISIS están involucrados muchos musulmanes europeos, que saben cómo somos, puesto que ellos eran antes como nosotros. Y ahora utilizan ese conocimiento en favor de su causa. Saben lo que nos impacta, lo que nos ofende, lo que nos enfada; lo saben todo. Seguramente ellos sepan más de nosotros que nosotros de ellos. Dentro de la brutal y criminal truculencia de sus actos late una planificación y una estrategia. 
Hace una semanas apareció el vídeo de la ejecución del piloto sirio. Con montaje cinematográfico estilo Hollywood: movimiento de cámara, zoom, cambio de plano-contraplano y otras técnicas de edición. Buscan un impacto semejante al de las grandes producciones, y filman sus crímenes como si fuera un blockbuster. Saben que eso, a nosotros, nos parecerá una burrada, y que nos joderá ver a ese pobre hombre quemarse mientras hacen florituras cinematográficas. Luego apareció el vídeo en el que un niño (¡un niño!) le pegaba un tiro a dos rehenes rusos. Saben de la importancia sobreprotectora que en Occidente procuramos a nuestros hijos y ellos los muestran asesinado a un ser humano a sangre fría y sin pestañear.
Ahora le llega el turno a las magníficas esculturas asirias.

 http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/26/actualidad/1424955673_750395.html

Ellos conocen la importancia que le damos a la Historia; y sobre todo al arte, que lo hemos convertido en un universal, un a Patrimonio de la Humanidad toda. Que para nosotros es una muestra indeleble de la humanidad que somos, que nos aleja de la monstruosidad que ellos representan. Y salen ahí los muy cabrones dándole martillazos a las indefensas esculturas. Mi amiga Carmen García Lago llora lágrimas de sangre. Precisamente es lo que quieren, que nos cabreemos y les odiemos con la misma fuerza e intensidad con la que ellos nos odian.

15 de febrero de 2015

Ha caído el mito de que la política está basada en decisiones racionales

Reflexiones Patibularias 86

LXXXVI

Efectivamente, somos el ejemplo paradigmático de que la política -como otras cosas importantes de la vida- tiene mucho más que ver con los estados de ánimo y la emocionalidad que con otra cosa.

Comenzamos con un dicho muy nuestro: 'Hay gente pa´tó'
Hay gente que cuanto más se ataca a Podemos, más se acerca a sus posiciones y más quieren votarles. Hay gente que cuanto más critican los de Podemos a los del PPSOE (a partir de aquí serán los otros), más se alejan de sus posiciones y menos quieren votarles.
Hay gente perturbada contra Podemos y gente igualmente perturbada a favor de Podemos. Gente que se encabrona contra otra gente que defiende a Podemos; y gente que se encabrona con otra gente que ataca a Podemos. Por eso, unos quieren echar, expulsar, derrotar a los otros. Por eso los otros quieren evitar, impedir, apartar a los unos. Curiosamente, unos y otros -en estos son iguales- se largan toda clase de improperios y palabras gruesas. 
Hay gente que le parece mal la campaña de difamación que los otros están haciendo contra Podemos. Y hay gente que le parece mal la campaña de difamación que Podemos está haciendo contra los otros. Nos encontramos a mucha gente que odia a Inda. Nos encontramos a mucha gente que odia a Errejón. [Por decir dos nombres a vuelapluma y no llenar esto de cadáveres] Aquí no se calla nadie, ni los unos ni los otros. Aquí todos dicen no tener miedo, que el miedo lo tengan los demás. A veces la simetría juega malas pasadas a la vista.
La gente de Podemos dice que lo bueno, lo deseable es que los otros dejen el gobierno. La gente que no vota a Podemos dice que lo bueno, lo deseable es que estos no entren en el gobierno. La gente de Podemos dice que ya no se dejan engañar por los engaños de los otros. La gente que no es de Podemos dice que no se dejará engañar por los engaños de Podemos. La gente de Podemos dice que la auténtica libertad es la de ellos; la gente que no es de Podemos dice que la libertad genuina está lejos de Podemos.
La gente de los otros ve como radicales peligrosos a los que votan a Podemos. Los que están con Podemos ve a la gente de los otros como cooperantes y como cómplices de la corrupción. Esta clase de frentismo es la liquidación de facto de la política. Precisamente, una de las razones del nacimiento de la política es la decisión del ver en el contrario-enemigo un interlocutor válido con el que hablar y debatir y hacer cosas. Lo que hace la gente de Podemos y lo que hace la gente de los otros, al negarse el pan y la sal, es romper todos los puentes, todos los vínculos y relaciones comunitarias posibles. Lo que hacen, cada uno, es levantar un muro, de modo que lo que tenemos es una pared que aumenta de grosor a cada insulto e improperio que se intercambian en internet y en las muchas tertulias que pueblan la radio y la TDT.
Hay gente que dice que va a votar a Podemos porque 'no podemos estar peor', y gente que dice que no va a votar a Podemos porque con ellos 'todo irá a peor'. Otra semejanza, unos dicen que si no entra Podemos las cosas están acabadas y otros dicen que si entra Podemos la cosas se podrán mal, pero de verdad. La cosa es que unos y otros dicen que entraremos en una especie de época apocalíptica. Pero en un infierno los diablillos llevarán los cuernos en un sitio y en el otro infierno mirando para el contrario.

¡Estoy exhausto¡
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¿Cómo convencer al convencido con otra convicción distinta a la convicción que ya le ha convencido?
Hay un problema importante aquí: que no podemos dividir el país (o la sociedad) en dos, y que en una parte vivan los otros y en la otra parte vivan los unos. Y con esta actitud de 'tierra quemada', las Elecciones no van a solucionar nada: será el comienzo de un problema de frentismo, de unos contra otros, aun más grave. Se corre un peligro importante: que el campo de batalla se traslade del Twitter y del Facebook a la calle, a los trabajos y a las plazas. Y unos y otros serán igualmente culpables, aunque unos dirán que la culpa es de otros y otros dirán que la culpa es de unos ¡Menudo somos los españoles para andar jodiendo a los que nos caen mal¡
Cada vez estoy más convencido de que los griegos inventaron precisamente la democracia para esto. Para que la aritmética resolviera lo que la mala leche y el odio no podían. Si la deliberación y el consenso no son posibles porque ninguna de las partes quiere ceder lo suficiente para encontrarse en el centro (por decir algo), y esa imposibilidad hace surgir la frustración y el encabronamiento, hasta llegar a la violencia, el hecho de que todas las partes acepten que las matemáticas decidan el destino de la humanidad, es el menor de lo males posibles. 
Lo que se plantea después, es si serán unos o los otros los que decidan dejar de hacer caso al pacto tácito de la aritmética democrática. Entonces sí que llegarán los problemas, de verdad.
¿A ver si va ser imprescindible la presencia del tercero activo (Norberto Bobbio) o la figura de algo parecido al Nomotetes de los griegos?


31 de enero de 2015

Reflexiones patibularias 85... los que van detrás del sorpasso

Reflexiones patibularias


LXXXV

Hay cosas que no se pueden negar, y el que lo hace es estúpido.

Podemos ha reunido a mucha gente y se han venido arriba con lo del tic-tac-tic-tac. Las endorfinas y la dopamina de estos chicos deben de estar por las nubes, después de ver toda esa muchedumbre. Pero cuando se les pase el subidón, cuando la gente vuelva a lo suyo, seguirán sobre la mesa las mismas cuestiones de siempre. 
Sí, 'Podemos' ha logrado sacar a la calle a mucha gente. Ahora tiene que lograr que vayan a votarles toda esa ingente cantidad de gente y .... bienvenidos a la realidad... algunos millones más. 
Para ganar con mayoría absoluta y gobernar -¡ahí con un par!- en un escenario clásico de nuestro país, rondando el 70 % de participación, necesitaría sacar 10 millones de sufragios como mínimo y que su principal competidor, el PP, no pase de 8 millones (resumiendo mucho la cosa). 
¡Pero claro, esto no sólo es un vuelco electoral, es un vuelco sociológico! Para que ocurra una cosa así tendría que fagocitar por completo el electorado de IU (eso no es difícil) y que el PSOE termine siendo un partido cuasiresidual -al perder por lo menos a la mitad de sus votantes-, porque el PP incluso en las elecciones que no gana no baja de los 10 millones de votos. Pero si el PSOE cae digamos que un 50% y el PP digamos que un 25%, lo que tenemos entre manos no sería un sorpasso político, sería un terremoto social y cultural profundísimo. La sociedad española se daría la vuelta casi como un calcetín. 
Y eso es lo que no veo. No veo en las calles y en el día a día ese cambio social tan tremendo. Internet es otra cosa, es una parte de la sociedad sí, pero no es el espejo real de la sociedad. Es evidente, hay cabreo e indignación a punta de pala, una mala leche que rezuma por los colmillos de más de uno, unas ganas tremendas de joder bien jodido a más de dos, y odio a raudales (nada nuevo en nuestra sociedad que lleva odiándose todo el siglo XX y parte del XXI). Pero más allá de esta exacerbación emocional de las masas populares y digitales no me parece que la gente haya cambiado tanto; por lo menos el número suficiente - más de 10 millones- para que haya un cambio radical en las urnas. 
Aunque seguramente en los 80 muchos pensaron lo mismo y llegó Felipe González y Alfonso Guerra y arrasaron con todo lo que había. Está claro, las armas (las elecciones en este caso) las carga el diablo. En el puro nivel de estrategia, al Gobierno le interesa muy mucho llegar hasta donde la legalidad vigente le deje en esta legislatura. Muchos son corruptos, pero no todos son tontos.   

26 de diciembre de 2014

Reflexiones patibularias 84: Los modelos ideológicos

Reflexiones Patibularias

LXXXIV

El Gobierno de ahora -del partido de los pajarracos- utiliza la crisis para consolidar su modelo ideológico. La Oposición de ahora -el partido de las flores- en su día utilizó el Gobierno para consolidar su propio modelo ideológico. Y la fuerza emergente que ahora se cierne sobre todos ellos y quiere ser el próximo Gobierno -el partido de los Pokemon- tratará de consolidar su propio proyecto ideológico.
Suena patético escuchar a un líder político quejarse de que el contrario está ideologizado, cuando él mismo está ideologizado; cuando critica la ideología del otro desde su propia ideología; cuando todos están ideologizados a su modo y manera. Que aquí no hay nadie neutro ni objetivo, que no defienda sus propias ideas, ni esté manchado de prejuicios teóricos. La política de partidos es profundamente ideológica.

PD: Aquí la noticia. 
http://www.elmundo.es/espana/2014/12/26/549d611422601d3c6e8b4580.html?a=94503cc460f56ffe548255b7aba18838&t=1419620884

4 de noviembre de 2014

Reflexiones patibularias 83

Reflexiones patibularias 83


LXXXIII

Parece como si los españoles ya estuviéramos hasta las narices de nosotros mismos. Como si ya no nos aguantáramos más. Este hartazgo, esta indignación que nos invade y que se ha convertido en el aire que respiramos.
Hemos reventado y queremos renegar de una parte que siempre nos caracterizó. Los pillos, los truhanes, los sinvergüenzas, los caraduras, etc. Esto sería un buen punto de inicio para una regeneración de la vida social.
Pero en vez de hacer un acto de responsabilidad personal que termine eclosionando en otro colectivo, nos convertimos en una turba armada de palos y estacas que sube cuesta arriba para matar al monstruo de Frankenstein. A lo mejor es esta parte hipócrita, cainita y violenta la que tendría que cambiar a la vez que la poca vergüenza. Como si la violencia fuera la respuesta a todos nuestros males.
El monstruo está hecho con los mismos miembros que el resto de las personas. El monstruo no es tan distinto a nosotros. Las cicatrices, las imperfecciones están a la vista. El monstruo no engaña a nadie, nadie se lo creería si nos dijera que no es un monstruo. Lo miramos y sabemos ante quien estamos. 

PD:

Me jode la corrupción como a todo el mundo, es indignante y despreciable; y vive Dios que quisiera que todos esos corruptos terminen en prisión. Pero me van a perdonar si no la expreso de modo destemplado y sanguinario. Y me reafirmo en la perplejidad de ver cómo esta sociedad se convierta en juez de los políticos corruptos (con toda razón) y no se haga juez de sí misma. Y seguramente si fuera juez de sí misma y la conciencia moral de una masa crítica funcionara medio en condiciones, desde hace décadas, seguro que ahora tendríamos menos políticos corruptos.

27 de octubre de 2014

LA CARA B DE LOS RECORTES

REFLEXIONES PATIBULARIAS 82

LXXXII

El PP llegó al poder en medio de una crisis económica y financiera grande de narices, por no decir grande de cojones.
Tenían que sacar dinero de debajo de las losetas para pagar la deuda. Yo no sé si la deuda era legítima o no. Pero ahí estaba la cabrona.
Y los del PP pensaron que iban a pagar la deuda recortando con dos cojones, por no decir que con tijeras en las dos manos. Podían haber recortado del ingente sistema político, de la Administración del Estado, de las Autonomías éstas del diablo, del Senado, las Mancomunidades y Municipios, de los enchufados en Empresas Públicas y toda una larga lista de cosas como éstas. Pero no, decidieron recortar más abajo.
Recortaron derechos sociales y recortaron a los trabajadores públicos. Dejaron de contratar; y a los que contrataban les pagan menos; y a todos los que ya estaban les quitaron un pellizco bueno de la nómina. Les quitaron pagas extras, días libres y demás. ¡Muy bien!
Los del PP pensaron: esto lo aguantamos que somos unos tíos duros. La gente se cabrea, se indigna, encumbra al feo de la coleta. Se manifiestan aquí y allá. Una marcha verde, una marcha blanca. ¡Qué anden coño, que es bueno para la salud¡ Eran los maestros, los sanitarios, los carteros, las secretarias y demás gente. Esa gente tiene muy poco poder real. Ladran mucho pero no muerden. Pensaron, como aquí en España tenemos tanta mala leche con nosotros mismos, mucha gente se alegrará de pura envidia. Se alegrarán de que les recortemos el sueldo a los funcionarios que están todo el día sentado tocándose los huevos. Y los del PP se quedaron tan anchos. 

Pero los del PP me parece que no han contado con la cara B de los recortes. No ha contado de verdad con esa mala leche de la hablaba antes, esa que nos define tan bien a los españolitos de a pié. No contó con el cabreo y la mala ostia de cojones (una vez más) de la policía, los jueces, de los fiscales y demás gente relacionada con estas cosas. Esta gente sí muerde. 
Mal enemigo se ha echado el PP. Después de años y años de corrupción a punta de pala, del PP, del PSOE, de IU, de CIU, de todos, sin que nadie investigara casi nada, una miajita nada más. Se han cometido tropelías de todos los colores.
Ahora, a los fiscales y jueces no hay quien los pare contra el PP. ¡Los van a joder vivos¡ y vamos a estar aquí para verlos, por supuesto.
Siento mucho la decepción que sentirán algunos: esto no es por amor a la justicia, el bien y la verdad. Es encabronamiento puro y duro... Pero saben qué... Eppur si muove.... que es lo que dijo Galileo cuando no tuvo más remedio que abjurar de su teoría.... Aun a sí se mueve... Con esto es suficiente, nos vale, todos al talego....