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13 de septiembre de 2017

Se acaba aquí esta andadura que comenzó un 20 de enero del año 2009. Un montón de años, un montón de experiencias, pensamientos y sentimientos que quedan aquí plasmados para la eternidad digital. Gracias a los pocos lectores que os habéis dejado caer por aquí. El proyecto de los momentos perdidos se acaba, pero seguiré escribiendo en otro sitio, por supuesto.
Adiós. Hasta siempre.

13 de enero de 2016

Política de gestos.

En días como el de hoy, en el que se inaugura la undécimo primera legislatura en el Congreso y el Senado, veo claramente como la llamada 'nueva política' es la instauración de la 'política de gestos'. Pero no de una política cargada de simbolismo, sino la política del histrionismo y de las muchas fobias. 
La base y fundamento de la nueva política es afear la política de siempre con cualquier gesto; con lo que sea necesario. Allí donde aquellos vean algo trascendente y esencial, éstos lo convierten en un circo y en tremending topic.
No está bien que lo haga, pero lo haré y me autocitaré:

"Las formas de los de siempre aparecen ahora ante la opinión pública como vacías y sinsentido, es más, puro cinismo e hipocresía. En no pocas ocasiones las formas pulcras, encorsetadas e institucionales enfadan a la masa social, que las ven como pomposas, elitistas y aburridas. Estos nuevos que están muy atentos a lo que late en la muchedumbre han descubierto este enfado y lo explotan en beneficio propio. Al hacerlo, al pisotear claramente las formas y fórmulas añejas matan dos pájaros de un tiro; quedan bien delante de los potenciales votantes y fastidian a los de siempre. Porque para los de siempre estas formas, estas fórmulas, representan una especie de liturgia o de sacralidad que ha de ser respetada. Y uno de los objetivos de los nuevos es afear la existencia toda de los de siempre. (...) Está justificado, fastidiar todo aquello que los viejos consideran serio, importante y valioso; es legítimo y rentable políticamente. (...) Se trata de desmontar este tinglado, esta cueva de ladrones, y la primera puerta que tienen que derribar es ésta".

15 de septiembre de 2015

Diatribas a la inteligencia emocional (más bien a su ausencia)

Reflexiones patibularias


C

¡Ay, cómo son¡... 

Los incompetentes emocionales; los kamikazes de la discusión; los insuficientes en la comprensión de los otros; los estrechos de miras; los incapaces de cariño; los derrochadores de ira y de envidia. 

Los ineptos en la empatía; los incapaces en el saber estar; con la expresividad de una roca, con el mismo talento que un liquen para comunicar sus emociones; ausentes aquel día en el que repartieron el sentido común, la cordura y el buen corazón.

Los que solo miran su ego, los que solo hacen caso a su ombligo, para los que solo existen sus propias necesidades; los que no templan sus nervios; los que bajo la piel arde una dermis de violencia latente.

Aquellos que viven presos de sus diablos, encadenados a sus adicciones; aquellos a los que la frustración y el strés empeoran su estulticia; todos esos que no se esfuerzan un ápice en convivir en paz con sus prójimos más cercanos. 

Rácanos del afecto, derrochadores de negatividad, expertos en la coacción y maestros del chantaje emocional; ases en retorcer las cosas, en envenenar las conversaciones.

Los que nunca prestan auxilio, los que ni dan ni piden ayuda, la exigen como si fuera un imperativo de la existencia; como si nadie más que él tuviera tribulaciones y  problemas.

Los que no se hacen responsables de sus actos, tampoco de sus palabras; los que quieren conseguir las cosas mediante pataletas e imposiciones.

Los que se obcecan en la culpa e ignoran las soluciones; centrados en lo negativo en vez de arreglar la tarea; esos campeones en buscar culpables, pero que nunca piden disculpas, ni perdón cuando se equivocan.

Tullidos, impedidos, baldados. Perdidos en el orgullo, absorbidos por la soberbia; ensimismado en su arrogancia, enrocado en la cabezonería más obtusa. 

¡Ay, de esos a los que les falta el corazón a pellizcos¡ ¡Ay de esos que padecen de insuficiencia de inteligencia emocional¡

17 de mayo de 2015

Reflexiones sobre la importancia de un sistema educativo aconfesional.

Reflexiones Patibularias 91

XCI
La religión, para el creyente más escrupuloso y ortodoxo, supone un ideal de obligado cumplimiento; que, además, supera la barrera de la idealidad para afectar la conducta humana y la estructura moral de la comunidad. Este ideal, por tanto, es ejecutable, se ha de materializar en el mundo. Dice Fernando Savater que 
para los fieles, la creencia religiosa no es fruto de la imaginación humana sino de la revelación divina; y para ellos, …, la cuestión no es sencillamente interpretar nuestra experiencia vital sino transformarla de acuerdo a los dictados de preceptos que nos han sido dados por una autoridad superior[1].
Lo que religión ofrece al creyente no se lo frece nadie: propone un camino doctrinal soteriológico, dispone de soluciones sobrenaturales para paliar el miedo a nuestra condición finita y mortal, y establecen normas de comportamiento, personal y grupal, para minimizar los padecimientos y los temores vitales.

De todo lo dicho anteriormente, lo que plantea un problema grave, severo y de difícil encaje en las sociedades libres en las que vivimos actualmente, es la obligatoriedad. Si las creencias religiosas quedaran en el ámbito simbólico, o de la opinión privada, o en el contexto del derecho personal, el mundo sería otro -pero no ahora, sino desde hace milenios. La religión es una obligación, asumida por el creyente, pero que debe ser trasladada por imposición a todos los demás. En las democracias occidentales laicas, las jerarquías han perdido peso social y político. Pueden, claro está, hacerse oír en el ágora pública como otros muchos grupos ideológicos, y las creencias y ceremonias se ejercen libremente dentro del marco de las leyes civiles.
Superada la amargura de la debilidad sociopolítica, se enfrentan las altas instancias eclesiales a otro asunto: la influencia impositiva sobre la masa de creyentes también disminuye, con lo que el número de creyentes sumisos tampoco es el que era. Se multiplican los librepensadores, los heterodoxos, los críticos y los disidentes. Es en este contexto de pérdida clara de influencia social donde el asunto de la educación se vuelve tan importante. Las libertades en democracia son fundamentales; y entre ellas destaca la libertad de enseñanza. Existe el peligro de que a través del sistema educativo, subrepticiamente o no, se difundan explicaciones inverificables sobre la naturaleza y el mundo, y soflamas sobre la moral y sus valores. El adoctrinamiento en una fe religiosa concreta supone también el adoctrinamiento en una forma de comportamiento determinado. Y este vínculo que existe entre creencia y acción es lo que convierte este asunto en un peligro para la vida democrática de la comunidad. 
Considero que el sistema educativo público tiene que ser aconfesional en lo tocante a la religión. Y en aquellas asignaturas relacionadas de algún modo u otro a ésta, se traten los asuntos con rigor histórico y científico. Y en cuanto a la sociedad en general, la libertad de crítica a la religión ha de tener el mismo tamaño que la libertad que se concede a la religión misma. Es importante que permanezca abierta la posibilidad de denunciar la nocividad de algunas creencias religiosas, especialmente las que pretendan competir con la ciencia y con el discurso político; que no se cierre la opción de criticar las ocurrencias de la jerarquía, especialmente la que pretenden censurar los valores y opciones de vida de algunas personas.



                [1] Savater, F., ¿Es tolerable la tolerancia religiosa?, en Bermejo, D. (Editor), ¿Dios a la vista?, 2013, Dykinson, Madrid, p. 487.

23 de marzo de 2015

¿Porqué se vota lo que se vota?

Reflexiones patibularias 89

LXXXIX


¿Porqué se vota lo que se vota? Unas personas votan ideas. Otras votan programas. Otras personas votan personas. Y, finalmente, otras votan resultados.
Las ideas son etéreas e inasibles, pura abstracción. El aire contenido en un globo, o una especie de murmullo inespecífico, que aquí y allá, fue tomando cuerpo en la cabeza de algunos y que luego se fue haciendo letra en tratados filosóficos y políticos; y, sobre todo, dando lugar a tradiciones de pensamiento: las distintas familias conservadoras, liberales y socialistas, para que nos entendamos (aunque no sean las únicas, sí son las más conocidas y afianzadas en las democracias de nuestro entorno). 
Las ideologías, todas, son apriorísticas. Esto es, tú estás dando por bueno, maravilloso y deseable, lo que otra persona pensó que sería lo mejor que podría pasar. Muchos aspectos de la ideología política (como de la religión) son elementos emocionales blindados y justificados con elementos racionales para salvaguardar la conciencia de aquel que los acepta sin espíritu crítico. La ideología, en eso no estoy de acuerdo con la gente seria que construye inmensos edificios racionales y teóricos, tiene que ver con las emociones de filia y fobia, de simpatía y animadversión que todos llevamos dentro. Es una croqueta de engrudo, de masa informe pero rebozada de argumentos racionales que le dan lustre y brillo, y parece hasta otra cosa, alta cuisine. Son incontrovertibles, esto es, que no admiten dudas ni disputas desde el afuera de sí. Cada ideología sólo se reconoce a sí misma, y asume que es la auténtica verdad verdadera, y que las otras ideologías son pura charlatanería. Votar por ideología es votar por acto de fe. La fe de que el programa y las personas (los partidos y los políticos) hagan lo que supuéstamente dice ese corpus ideológico vago y difuso.
Los programas son la materialización de esos barruntos psicoemocionales que llamamos ideología. Es una tarea hermenéutica, de interpretación de esa doctrina vaporosa para transformarlas en líneas de acción posible. Mucha gente vota el programa al creer que es una emanación del credo cosmovisional (de nuevo elementos religiosos). Hay una cuestión no baladí sobre quién tiene que hacer los programas políticos: los teóricos del ramo, auténticas ratas de biblioteca que no han pisado la calle en su vida, o los políticos profesionales que sí toman el pulso de la calle pero que son auténticos iletrados en cuanto a conocimientos de su historia cosmovisional. Los problemas que surgen de aquí son tremendos, claro está, porque ¿subir impuestos que era, algo de izquierdas o de derechas? si era de izquierdas, que hacen los de derechas fulminándonos con impuestos a punta pala, ¿la estatalización benefactora que era conservadora o socialdemócrata? si el Estado de Bienestar es socialista que hacen estos pegándole hachazos sin misericordia. Y como estas aporías, salen un puñado larguísimo de ejemplos. Pero, ¿en qué sitio dice claramente y sin duda que hacer x o y sea de izquierdas o de derechas? En ninguno. Son imaginarios colectivos manipuladores de las masas que nos hemos ido construyendo durante siglos. Es claro, ningún programa puede plasmar de manera fiel y efectiva una ideología porque ninguna ideología es lo suficientemente clara como para que pueda hacerse. Además, el programa tiene que ajustarse a la realidad fáctica del día a día y la cotidianidad. Si la ideología vive en los mundos de yuppi, donde 2 y 2 siempre son cuatro; el programa tiene que resolver los problemas de gente real de carne y hueso, en un mundo imperfecto en el que un cuadrado tiene 7 lados y el círculo esta ovalado. El que vota el programa pensando que es la plasmación perfecta de la ideología, realmente vuelve a votar a la ideología por acto de fe. El que vota el programa pensando en la realidad, realmente (valga la redundancia) no está votando al programa. Se está autoengañando, seguramente para apaciguar su conciencia, o para ponerse una medalla: eso le hace sentirse de modo especial y único, como si al votar a los socialistas por ejemplo ("esa gran ideología, la mejor de todas, sin duda, ¡qué digo!, la única que habría de permitirse porque las demás son criminales... blablabla") estuviera meando colonia (a las otras les pasa lo mismo, no se preocupen). El individuo que vota por ideología, o al programa por la ideología, piensa que está ungido por la mano de Dios. Y ahí hay muy poco de espíritu crítico y mucho de fanatismo no reconocido. Realmente está votando a un político o a unos resultados, pero de algún modo no puede o no quiere reconocerlo.

27 de febrero de 2015

Buscan que el odio genere más odio.

Reflexiones patibularias 87

LXXXVII

Una guerra -tal y como se plantean las guerras hoy en día- se mantiene con un incremento constante del odio. Ese es uno de los planteamientos de ISIS en su guerra declarada contra Occidente. Y para que el odio no sólo se mantenga sino que vaya in crescendo, necesitas saber qué es lo que le duele y ofende a tu contrincante. Si consiguen que el enemigo odie tanto o más que tú, conseguirán su objetivo, que no es ganar la guerra, sino destruir el mundo.
En una magnífica película de John Ford, Centauros del Desierto, el cowboy protagonista, cegado por el odio a los apaches que secuestraron a su sobrina, dispara a los ojos de un indio semienterrado. Así no podrá ver cuando llegue al paraíso y se reencuentre con sus ancestros.
En la maldita causa de ISIS están involucrados muchos musulmanes europeos, que saben cómo somos, puesto que ellos eran antes como nosotros. Y ahora utilizan ese conocimiento en favor de su causa. Saben lo que nos impacta, lo que nos ofende, lo que nos enfada; lo saben todo. Seguramente ellos sepan más de nosotros que nosotros de ellos. Dentro de la brutal y criminal truculencia de sus actos late una planificación y una estrategia. 
Hace una semanas apareció el vídeo de la ejecución del piloto sirio. Con montaje cinematográfico estilo Hollywood: movimiento de cámara, zoom, cambio de plano-contraplano y otras técnicas de edición. Buscan un impacto semejante al de las grandes producciones, y filman sus crímenes como si fuera un blockbuster. Saben que eso, a nosotros, nos parecerá una burrada, y que nos joderá ver a ese pobre hombre quemarse mientras hacen florituras cinematográficas. Luego apareció el vídeo en el que un niño (¡un niño!) le pegaba un tiro a dos rehenes rusos. Saben de la importancia sobreprotectora que en Occidente procuramos a nuestros hijos y ellos los muestran asesinado a un ser humano a sangre fría y sin pestañear.
Ahora le llega el turno a las magníficas esculturas asirias.

 http://internacional.elpais.com/internacional/2015/02/26/actualidad/1424955673_750395.html

Ellos conocen la importancia que le damos a la Historia; y sobre todo al arte, que lo hemos convertido en un universal, un a Patrimonio de la Humanidad toda. Que para nosotros es una muestra indeleble de la humanidad que somos, que nos aleja de la monstruosidad que ellos representan. Y salen ahí los muy cabrones dándole martillazos a las indefensas esculturas. Mi amiga Carmen García Lago llora lágrimas de sangre. Precisamente es lo que quieren, que nos cabreemos y les odiemos con la misma fuerza e intensidad con la que ellos nos odian.

26 de mayo de 2014

Worst Case Scenario

De la politología norteamericana nos llegan una buena parte de los conceptos políticos que usamos a día de hoy. Especialmente cuando entendemos que el objeto de estudio de la política son aquellas prácticas ligadas al poder y la estrategia. Uno de ellos viene que ni pintado para los momentos que vivimos: el de 'Worst/Best-Case Scenario'.
Nosotros lo traduciríamos como 'en el peor/mejor de los casos' o 'en el mejor/peor de los escenarios'. Este tipo de análisis se encuadra dentro de lo que llaman 'Scenario Thinking' o 'Scenario Planning' y que la política toma de la Inteligencia Militar ('War Games'), y es, basicamente, un método de planificación estratégica. 

¿A qué viene todo este rollo? 
Dada una situación inicial, en este caso, el escenario que arrojaron las Elecciones de ayer, se trata de suponer, elucubrar, imaginar, los distintos tipos de escenarios, casos o situaciones plausibles y subsiguientes a medio-largo plazo; y cómo, una vez trazadas esas hipótesis, hacer control de daños, o sea, minimizar los impactos negativos futuros (si el escenario es catastrófico), actuar para mejorar los resultados (si el escenario es malo), o mantener-apuntalar-mejorar lo conseguido (si el escenario es favorable). Estas son las 3 líneas más básicas y evidentes, pero hay más. Todos los grandes partidos políticos tienen asociados Think Tanks, (ver enlace pq explica los Think Tank no ocultos que hay en España) laboratorio de ideas, gabinetes estratégicos, comités de expertos, que se encargan de estas cosas. 
Este rollo viene a que ante toda acción (política) hay que suponer una reacción (política). Y ante la acción que aconteció ayer, la herida grave al bipartidismo, por ejemplo, que es la que más sale en los medios, hemos de esperar una doble reacción, puesto que, grosso modo, son dos los actores (políticos) que se dan cita aquí: una primera reacción que mitigue el varapalo para los partidarios del bipartidismo; y una segunda de aquellos que quieren mantener la herida abierta. Si los primeros no reaccionan les espera la catástrofe y si los segundos no reaccionan todo esto se quedará en fuegos de artificio. Lo de ayer fue el primer movimiento, el primer escenario-caso de una larga temporada de escenarios-casos, que veremos en España, convertida, auténticamente, en un teatro de operaciones políticas. A los que ya lanzan las campanas al vuelo, gozosos y regocijados, esto es solo una tendencia que tiene que ser confirmada, nada más. Queda mucha leña por cortar, mucha estopa por repartir.

Escenario 1: Europa.
Aquí están los resultados oficiales que ofrece la UE.

Hay que decir que se han reducido 15 escaños respecto a las elecciones anteriores (de 766 a 751 escaños), con lo que una lectura 'pura' puede inducir a pequeños errores. Además, allí los partidos se reúnen en grandes coaliciones en las que entran los partidos de aquí. Pienso que la primera lectura habría que hacerla en los porcentajes. Ahí el PPE (de aquí el PP), sale perdiendo por mucho, cae un 7,2% de los votos (de 274 a 214 escaños). Sin embargo los socialdemócratas del S&D (de aquí el PSOE), solo caen un 0,4% (pero caen de 196 a 189 escaños). Todos los grupos clásicos han caído: los demócrata-liberales del ADLE (de aquí nadie), los Verdes (de aquí Equo y Iniciativa per Catalunya Verds) y los conservadores reformistas del CRE (de aquí nadie). Por cierto esto puede verse aquí: 
De los clásicos (por decirlo de algún modo fácil de entender) la única coalición que sube es la Izquierda unitaria-GUE (de aquí IU) que unifica a partidos comunistas de más 15 países de Europa. En el apartado de subidas destacan el EFP (aquí Plataforma per Catalunya) que son partidos de corte nacionalista que pasa de 31 a 40 escaños. Luego hay 41 escaños que no pertenecen a ninguno de los grandes grupos (de aquí Podemos, UPyD y Ciudadanos) y 63 escaños que aparecen este año por primera vez. 
La mayoría absoluta estaba, este año, en 376 escaños. Nadie llega, ni se acercan. Pero es que en las elecciones de 2009 tampoco nadie se acercaba a la mayoría absoluta. Con lo que siendo cierto este mantra que se impuesto en las redes sociales de la caída del bipartidismo, no es una caída total ni catastrófica. En Europa donde sí hay tradición de pacto y entendimiento son frecuentes las alianzas hacia la derecha, entre el PPE y el ADLE, (214 + 66 = 380) o en cuestiones de gran calado entre PPE y S&D (214 + 189 = 403). Las coaliciones de izquierda son más complicadas ya que entre el S&D (189), los ecologistas (52) y el GUE (42) no llegan ni a 300. 
Yo creo que el escenario que se abre aquí no es bueno, desde luego; es malo para las grandes coaliciones pero no catastrófico ni cataclísmico. Y eso me hace pensar, con todo el revuelo mediático que hay, ¿a quién le puede interesar esta oleada de opinión, sobre la catástrofe que se cierne sobre Europa? Habrá que estar atentos. 
Con lo que hay en el Parlamento, Europa puede seguir gobernándose casi con las mismas líneas directrices que la anterior legislatura. Eso sí, estos años oiremos un buen puñado de sandeces de esos partidos más radicales y euroescépticos. Yo entiendo que el auténtico descalabro del cacareado bipartidismo sobrevendrá si los moderados no son capaces de unirse en torno a ideas motrices y comunes de la construcción y desarrollo de Europa. Y será culpa suya, de nadie más. Si siguen como hasta ahora, en sus mierdas, con sus dimes y diretes, con el tú más, con sus corrupciones y no son capaces de ser pragmáticos y llegar a acuerdos válidos para una gran parte de la ciudadanía, entonces sí será cierto el meme de la caída del bipartidismo. En el fondo es lo que pide la gente, regeneración democrática, diálogo, solución de los problemas acuciantes. Si logran reconectar con el gran público, el que ocupa el gran centro de la campana de Gauss,  mejorará el escenario.
El escenario 2, el de España, es harina de otro costal y lo dejamos para otro día.

PD:
Eso desde el punto de vista estratégico. 
Desde un punto de vista más esencialista o idealista sí habría que discutir cómo es posible que en Francia (cuna de gran parte de los ideales europeos y de la socialdemocracia) el partido del Frente Nacional (el de Marine Le Pen) haya ganado con 24 escaños y está a uno de crear grupo propio. Eso requiere artillería intelectual de la buena, las razones sociales (antropológicas y simbólicas incluso) que han llevado a los gabachos a tirarse en manos del populismo simplista. O cómo puede la UE dar pábulo a partidos radicales de verdad, el Partij voor Vrijheid (Holanda, populista e islamófobo) con 4 escaños, el Amanecer Dorado (Grecia, Neonazis) con 2, el FPÖ (Austria, extrema derecha) con 4, el Vlaams Belang (Bélgica, nacionalista e islamófobo) con 1. Si logran ponerse de acuerdo en algo, claro está, alcanzarían 35 escaños. Dudo mucho que alguna de sus propuestas saliera adelante. Pero está allí y tiene voz (y voto) en el hemiciclo y pueden decir todas las barbaridades que se les ocurra. En cierto modo, es este un problema que también ha creado el bipartidismo rancio y corrupto que provoca la tremenda y desaforada indignación de muchos; y que este tipo de grupúsculos es capaz de canalizar a su favor. 

9 de mayo de 2014

¿Qué harías por tus hijos?

Cuando la lógica, el sentido común y la racionalidad; cuando la confianza, la moralidad y la legalidad son completa y absolutamente optativas. También lo son, optativas digo, el sistema legal, el orden y la autoridad competente, las normas de convivencia, el respeto y el saber estar, eso que llaman ser civilizados. 


¿Dónde queda aquello de que el ser humano era un ser racional? ¿No parece que esta Civilización hipermoderna que nos atrapa sólo es una capucha que impide ver la falta de civilización? Cada uno ha de mirarse a sí mismo y dictaminar, claro está. No quisiera convertirme en juez de nada. Para eso puede servir esta serie de televisión, si tiene usted tiempo libre. Como divertimento, claro está (por los primeros capítulos que son los que visto, es un thriller muy bien construido), y también como pie a la reflexión sobre cómo somos de verdad y cómo vivimos. En algunas de la situaciones que vemos en la serie, Voltaire se hace actual: "La civilización no suprime la barbarie, la perfecciona". Algunas buenas series, a la vez que te hacen pasar un buen rato de entretenimiento, te hacen preguntarte por cosas importantes en la vida, en la individual de cada uno y en la colectiva. Y esta serie es un filón.

La serie es, realmente, un McGuffin. La cortina de humo son los niños raptados y todas las barbaridades que están dispuestos a hacer sus padres para que sean liberados, que jeopardizan su vida y su estatus sin pensarlo dos veces. Y no padres cualquiera, sino gente de mucho peso, dinero y poder. Como decía, una cortina de humo, realmente está tratando con (la denostada) naturaleza humana y el perfil más afilado de la misma: el poder. Por cosas como éstas mi querido Maquiavelo no pasa nunca de moda.

Soy de los que piensa que las irracionales son las fuerzas más poderosas de la existencia, son auténticamente necesarias (necesidad filosófica me refiero, no la cotidiana). La afamada razón es la contingente y optativa. Las acciones tremendas y disparatadas que hacen los padres, contra toda lógica, legalidad, moralidad, etc., las hacen por amor. !Qué pifostio más tremendo somos¡ Se sienten bien y seguros, los padres digo, (¿y cuántos de nosotros?) pensando que son gentes racionales dentro de un mundo ordenado en el que tienen asegurado, por el poder, una dosis considerable de tranquilidad y equilibrio; cuando, por amor a esos hijos (o por ocultas emociones inconfesables), acometen increíbles actos de destrucción, violencia y crueldad inmensa hasta llegar al asesinato. No basta con ver al ser humano en su cotidianidad, hay que verlo en el kairós, en el momento crucial, en las situaciones límite donde se definen de verdad las cosas.

¿Cuánto de racional hay en el poder? La serie refleja un lado de la política americana (y quizás de la política universal) importante. La política no hace política, la hacen los políticos, seres humanos de carne y hueso: las gentes que atesoran el poder, y que luego lo intercambian por algo (lo convencional) o se ven abocados a cederlo bajo presión o chantaje (lo no convencional y que en la serie es el motor de actuación). El poder en manos de gentes que tienen no ya debilidades, sino una vida corriente. El amor, la familia, los hijos, las creencias son en determinadas circunstancias un hilo suelto por el que se puede tirar hasta destrozar la madeja. Esto nos deja ante un elemento crucial en la temática del poder. Está la gente que cree tener poder, y lo tiene; y están las gentes que gestionan y administran realmente el poder, que lo hacen tocar tierra y carne humana. Ahí es donde entra el 'malo' de la película, un gestor anónimo de ese poder y su estrategia de manipulación meticulosa y racional que parece cumplirse a rajatabla, como si fuera algo cuasi-mágico. En verdad, me parece, que la razón táctica y estratégica es la opción escogida por su odio, su animadversión y su dolor, también de padre. Está rizando el rizo, haciendo coincidir a dos opuestos, usa la razón para desmontar, subvertir y destruir la razón misma, la base de nuestra civilización. 
Termino con una pregunta abierta a modo de invitación a la reflexión. ¿No parece que el amor, esa emoción tan venerada, tan humana y que tanto nos da, lleva siglos perpetuando la barbarie a un nivel profundo haciendo creer a la razón que realmente tenía el control de la civilización? ¿Y si no es amor sino otra u otras ocultas e inconfesables cosas? ¿De qué estaríamos hablando?


22 de abril de 2014

La fábula del desdichado y el mago de la lámpara equivocada.

Ni una gota de agua. Ni una brizna de esperanza.
El desdichado se movía lentamente por entre las profundas dunas del desierto.
Cada paso movía una cantidad ingente arena, haciéndole perder, en hemorragia, las escasas fuerzas que todavía le quedaban.
El calor del sol era una constante matemática imposible de soslayar. Un auténtico castigo, una auténtica tortura.
Pero algo tiene el desdichado en su interior que lo mueve como un autómata por el tórrido oleaje de sol y arena. Un instinto animal y de supervivencia que mueve sus piernas y que tapa la boca de sus razonamientos.
En una de esas subidas y bajadas se encuentra, revoleada, en medio de la nada, una lámpara mágica. 
Por un momento entrega una poca de la fuerza que le quedan a esbozar una sonrisa de satisfacción y alivio. La frotó.
Allí, entre fanfarrias de luz y sonido apareció el típico genio de la lámpara; con su turbante blanco, sus brazos musculosos y su barbita de chivo.
- El primer deseo -le dice secamente al pobre hombre.
- Poder comer estaría bien -les respondió. 
Ni un zas, ni un kaboom, junto al hombre simplemente apareció una caña de pescar.
- El segundo deseo -le volvió a decir secamente el genio.
- ¡Vaya!, después de lo que acabas de darme, no sé. Poder beber agua, es lo que quiero -le contestó.
Allí estaba, un segundo después, junto a la caña de pescar, una horquilla de zahorí.
Las dunas, la caló, el maldito genio. El desdichado era ahora el tipo más encabronado en aquel mar de arena.
- Tu último deseo -le dijo. 
- ¡Sácame de aquí! -le contestó enfadado.
Al siguiente abrir y cerrar de ojos ya no estaba en el desierto de arena. Estaba en medio de un pedregal seco, con el mismo sol de justicia radiando calor sobre su cabeza. Ya no estaban ni el genio y la lámpara.
- Hijo de puta -balbuceó. 
Cogió la caña, la horquilla, toda su frustración  y siguió caminado entre rocas, cantos, grava y guijarros de infinitas formas y tamaños.

Ahora, como en toda buena fábula que se precie, llega el momento de la moraleja. Pero, quién soy yo para imponer moralejas a los lectores. Que cada cual saque las suyas, y me digan, pues no haber entrado en el desierto. O, haber pateado bien lejos la lámpara. O mejor, pide una botella de agua Lanjarón de litro y medio, un plato de macarrones con tomate y sácame de aquí y llévame al Starbuck de la Campana ahora mismo. ¡Qué se yo!



Tassili n'ajjer en Argelia

27 de marzo de 2014

Alegoría erótica

Ahora una pequeña transgresión. Sigo explorando nuevos territorios de escritura. Ahora me introduzco en el apasionante mundo de la literatura erótica. 


23 de marzo de 2014

D.E.P. Sr. Suárez

Hay algo curioso en este curioso país nuestro. El cainismo nos lleva a atacar con denuedo a todas las figuras que despuntan hasta derribarlas, para luego, cuando les llega la muerte, ensalzarlas hasta el paroxismo. Cuando vivía todo eran defectos, se miraba lo que le faltaba o lo que lo sobraba. Importaba contar los enemigos que te esperan con el cuchillo en los dientes. Cuando estás muerto todos se apuntan al carro, todo se perdona y todo se engrandece como si nunca se hubiera equivocado. Darle al vivo primero, y al muerto después, lo que le corresponde, ni más ni menos, es una misión difícil de realizar en nuestra sociedad.
Con el Sr. Adolfo Suárez está ocurriendo esto, claramente. Desde hace días, desde que su hijo anunció su pronta muerte. Olvidado, por sí mismo -por esa maldita enfermedad-, y luego por la sociedad y por la clase política a la que dio lo mejor de sí. Ahora todo es vanagloria y parabien. Un inmenso panegírico en los días de su agonía; como si el pobre hombre fuera a enterarse de algo.
Es lo que hay, somos muy así. 


En los tiempos actuales en los que vuelve la estridencia exagerada, las diferencias exacerbadas, los extremos contrapuestos, las batallas campales y el cruzamiento de culpas, donde los acuerdos por mínimos son poco menos que utopías inalcanzables, en los que el sentido común, la mesura y el equilibro son atacados por ambos flancos, la figura de Suárez y su modus operandi en los tiempos difíciles de verdad es, realmente, impresionante. Tanto, que tiene toda la pinta de que será una nueva oportunidad histórica perdida. Es lo que hay, somos muy así, de desaprovechar las enseñanzas que nos vendrían bien.
Precisamente su figura pragmática (sin filiación precisa y contundente a favor de tirios y troyanos, la que le valió el ataque y la franca animadversión de los que ahora hipócritamente hablan bien de él), es lo que nos hace falta. Mucha falta nos hace, pero es el sino de nuestro pueblo despreciar lo que nos hace falta, simplemente porque no es el canon de la perfección de los extremos, no es el máximo que exigen desde los cuarteles del poder. Los extremos nos dominan y manejan. A los del centro, a la gran mayoría nos valdría un cierto tipo de imperfección funcional, un mínimo útil y, sobre todo, una figura central, aglutinadora, unificadora y equilibrante. 
Descanse en paz, Sr. Suárez doquiera que vaya usted. Mi respeto por su trabajo en los tiempos del humo y el ruido de los sables.

14 de marzo de 2014

Autoridad de sumisión y autoridad de reconocimiento. La importancia de los maestros.


Es importante hacer una delimitación entre una y otra modalidad de autoridad. Nos encontramos con la autoridad de sumisión, la del 'ordeno y mando', una autoridad de imposición, que sólo requiere la obediencia ciega y la abdicación de la razón por parte del que recibe la orden. Esta autoridad de gran vigencia histórica ha sido siempre arbitraria e irracional y ha coartado la libertad de mucha gente en muchas partes del mundo porque ha ido siempre asociada a la coerción física. De este modo de autoridad surge un modo de tradición cerrada y claustrofóbica, que se expresa mediante el mandato, y de gran violencia antropológica. Y lo que es aún peor, toda violencia de la autoridad genera violencia en los que están oprimidos.

Pero enfrente de este modelo de autoridad, en la antípoda de la misma, encontramos la llamada autoridad del reconocimiento. Esta es una autoridad adquirida por el esfuerzo y el trabajo en los ámbitos epistemológico y ético-normativo. Es una autoridad que se gana frente a los otros bien por ser un referente en el conocimiento (sabes mucho de tu campo), bien por ser un referente en la justicia y la buena conducta. Cualquier persona razonable y sensata, que se hace cargo de sus propios límites, entiende que esa persona tiene una perspectiva de la cuestión más amplia, acertada y certera que la propia y acepta su punto de vista y su voluntad, y no siente menoscabada ni su libertad ni su acción. De este modo de autoridad surge un modo de tradición abierta y cercana, en constante autoaprendizaje y perfeccionamiento, en la que el diálogo, el encadenamiento de preguntas y respuestas, juega un papel importante.

Podemos proponer algunos ejemplos de esta autoridad del reconocimiento. En las tradiciones espirituales orientales entre el maestro o gurú y su alumno o iniciado se establece una relación de autoridad de reconocimiento: el pequeño saltamontes se postra ante su maestro no para que éste acabe con su libertad, lo hace porque entiende que a través de sus enseñanzas, su entendimiento y su libertad se agrandarán con creces. Todos tenemos en mente a algún médico eminente que por su dedicación y esfuerzo, trabajo y brillantez en su campo de estudio e investigación se ha ganado a pulso ser una eminencia en su campo. Y cuando todos dicen del mismo que es una autoridad, lo hacen con veneración y afecto y no como una crítica a un comportamiento intolerante. 
Termino con unas palabras de uno de mis maestros:

 “… la autoridad de las personas no tiene su fundamento último en un acto de sumisión y abdicación de la razón, sino en un acto de reconocimiento y de conocimiento (…) La autoridad no se otorga sino que se adquiere, y tiene que ser adquirida si se quiere apelar a ella. Reposa en el conocimiento y en consecuencia sobre una acción de la razón misma que, haciéndose cargo de sus propios límites, atribuye al otro una perspectiva más acertada”.

H.-G. Gadamer. Verdad y Método (La historicidad de la comprensión como principio hermenéutico)

24 de febrero de 2014

El ventilador

Una de las cosas que ha traído la crisis es lo que llamo 'el ventilador'. Es un daño colateral, más bien, que la empeora a la vez que la soluciona. Una coincidentia oppositorum de las buenas. 
Los trapos sucios han existido siempre. Lo mismo decimos de la corrupción, la prevaricación y el cohecho. No han caído del cielo en los últimos años. Dudo mucho que ninguna sociedad política y cultural de la Humanidad, a lo largo de la historia, no haya sido corrupta. Pero me ciño a lo nuestro. Durante mucho tiempo, en esa época de vacas gordas que ha durado décadas, los acontecimientos podían ocultarse, o callarse, o quedarse en un relato a medias, o agazapada en alguna esquina incluso, en algunos casos se llegaba hasta cambiarlos descaradamente. Incluso algunos casos no se publicitaban por temor a las consecuencias. No era una cuestión de responsabilidad ni mucho menos, era inoportuno o peligroso desvelar las tropelías. Había una especie de entente o de omertá en la que muchos callaban las miserias del contrario si éste callaba las suyas. Además estaba el miedo, las represalias y demás. Si no callabas o ibas a la calle, o al exilio, o perdías tu puesto, tu trabajo, o alguien llegaba por detrás y te desacreditaba, cuando no te mandaba al fondo del océano. No olvidemos que también se ocultaban las cosas por conveniencias: mucha gente sacaba más rédito de la mentira que de la verdad. Muchos han subido en el escalafón de los partidos, de la Judicatura, de la prensa siendo fiel y silencioso. ¿Dónde estaban los jueces y los fiscales en esos tiempos, y la prensa, dónde la opinión pública indignada?
¿Qué ha ocurrido? La crisis se ha llevado por delante el dinero que manaba a espuertas y que llegaba a muchos bolsillos. Ahora hay que competir por el poco dinero que queda y eso significa que hay que eliminar al mayor número de adversarios posibles. [Ponemos el ventilador]La crisis se ha llevado por delante el miedo que antes amordazaba a más de uno y de dos. Ahora hay kamikazes por doquier dispuestos a inmolarse si con eso se lleva por delante a más de uno. [Ponemos el ventilador] 
La crisis ha agigantado el fenómeno Internet y las redes sociales. Es la avalancha: tal cantidad de datos, de información, de opinión, de videos, de portales, de expertos, que es casi imposible filtrar la aguja de la paja. Hay mucha gente cabreada con ganas de desahogarse y de irse por los cerros de Úbeda. [Ponemos el ventilador] 
Los jueces mismos, también cabreados, como todos los trabajadores públicos, por los duros recortes comenzaron a abrir cajones y estanterías que antes tenían cerradas u olvidadas. Antes, o tenían miedo, o preferían callarse para no perder el favor del jefe político de turno que bien podría ascenderlo. Ahora, con la nómina más escueta han perdido el miedo y empiezan, por fin, a meter mano a la corrupción. [Ponemos el ventilador] 
Y la prensa amiga de unos y otros, que sigue siéndolo, pero con unos boquetes descomunales en sus cuentas. Ahora lo que vende es esta orgía tremenda, cual película de George A. Romero, de corrupciones. Es la nueva gasolina social, el cabreo y la indignación. Recuerden a Groucho Marx en aquel tren del lejano oeste, ¡más madera! Hay que darle combustible a la ciudadanía para que arda hasta sus más profundos cimientos en cabreo e indignación. El otro día fue lo de Granados, para el fin de semana hay que esperar un contraataque, de quien sea. [Efectivamente, ponemos el ventilador] 
Ponemos el ventilador, que saca todo el hedor, la porquería y las heces de nuestra sociedad. Una guerra de todos contra todos, de cornadas de indignación y cabreo, de ajuste de cuentas a navajazo limpio, donde nadie mide las consecuencias ni las cosas beneficiosas que se está llevando el fuego por delante. No estoy diciendo que no vayamos por esta senda; estoy diciendo que como precisamente hay que ir por esta senda, que Dios nos coja confesados cuando ardamos todos y que luego no venga nadie a lamentarse. Esto siempre ha sido una cuestión de venganza, no de justicia.
Y dijo Nerón, ¡qué arda Roma hasta sus cimientos! Y le dijeron: ¡qué estás haciendo, oh César! Y respondió: ¡Estoy creando un mundo nuevo, más limpio y puro, más auténtico, sin mácula! Y volvieron a decirle: ¡Cuando todo arda y perezca en el fuego y no quede nada que siquiera pueda resurgir de las cenizas, qué mundo será ese! Y Nerón sentenció: ¡Ese será el auténtico nuevo mundo, mi legado para la posteridad!

23 de febrero de 2014

Ananké, Moira, Fatum o Destino

Hay algo tremendo en el Destino. Y no es que esté escrito, que sea inevitable, que no tenga vuelta atrás. Al contrario, lo tremendo de la moira es que puede modificarse, que podemos cambiar el curso de los acontecimientos. Lo tremendo es que para poder cambiar el curso de los acontecimientos se necesita una gran cantidad de fuerza, de energía, de poder, de voluntad. 
Efectivamente, para cambiar el destino se necesita la violencia, una cantidad ingente de la misma, una descomunal calidad de violencia aun mayor que la que supone el fatum.
El destino no atiende a razones, hace caso omiso al sentido común, no habla el idioma de la lógica más contundente. Pero tampoco atiende a emociones o sentimientos, no habla el lenguaje del alma humana. Hay muy poca humanidad en el destino, casi nada. Rebasa las categorías de lo racional y de lo irracional, es más, el destino es su propia categoría. Y si no tenemos argumentos con los que contrarrestarlos, ni tenemos sentimientos con los que convencerlo, solo tenemos la voluntad de poder, la fanática determinación de destruirlo. Nos queda la violencia.
Y muy pocos saben manejarse en la violencia, muy pocos pueden y quieren hacer de la violencia la esencia de su vida. Muy pocos tiene la voluntad de poder lo suficientemente potente como para hacer frente a la ananké. Muy pocos tiene el alma de un dragón para asumir su destino: acabar con el destino sabiendo que tendrá que dar su vida para ello. Por eso el común de los mortales nos dejamos llevar por el destino, por los acontecimientos, como la hoja que mueve el viento; el instinto de conservación protege nuestra vida frente al destino. Sumisos, sí, pero vivos.

Maestro Mirssa de Boggelund.

16 de octubre de 2013

TE HAGO UN SCHLEIERMACHER

Cuando digo hacerle un schleiermacher a otra persona me estoy refiriendo a que, a pesar de lo dicho y escrito por esa persona, yo lo interpreto como me sale de las narices, en función de lo que a mi me parece. 
Friedrich Schleiermacher es un filósofo y teólogo alemán a caballo entre el s. XVIII y XIX. Para los filósofos, la importancia de este buen hombre radica en ser uno de los padres fundadores de la hermenéutica. Según nos cuenta Gadamer, en Verdad y Método, lo que busca este Schleiermacher es comprender a un autor mejor de lo que el mismo se habría comprendido. De aquí me tomo la libertad, y la ironía, de crear esta expresión para describir una cosa que ocurre con muchísima frecuencia
Tomado este pensamiento en su radicalidad, es como si cualquiera, antes que el mismo individuo, fuera capaz de saber el sentido y el significado de sus propias palabras. Hay un tú ahí fuera que sabe mejor que tú mismo lo que piensas, sientes y comunicas. 
Y rizando el rizo, hay un tú ahí fuera que sabe mejor que tú mismo el porqué has dicho lo que has dicho y no has dicho lo que no has dicho. 
Esta hermenéutica psicológica (no filosófica) parte de la base de que una vez dicho lo dicho o escrito lo que está escrito se le escapa a cada uno la autoría de pensamientos y palabras y todos pueden, y deben, meter mano a su producción, diseccionándola por completo, y mostrando todo aquello que ha querido decir además de decir lo que ha dicho.

¡Vaya, quien no ha le ha hecho un schleiermacher a otro!

23 de septiembre de 2013

Reflexiones patibularias 63

LXIII

Desde hace unos días llevo pensando en una de esas típicas ‘batallitas’ dialécticas que tanto nos gustan a los filósofos. Esas que comienzas tal que así… Imagina una situación en la que bla, bla, bla y se describe una situación hipotética que se asemeja muy mucho a lo que pasa en realidad y en la que se trata de denunciar algún acontecimiento. Luego aparecen argumentos a favor y en contra, las cosas se calientan, se entrecruzan las miradas y bla, bla, bla …
¿Qué es lo que yo imagino?
Imagino una situación en la que unas personas determinadas piensan sobre una hipotética situación, que termina cristalizando en realidad, y aducen y/o proponen una serie de pensamientos y actuaciones conducentes a su resolución.
Luego imagino a otro grupo de personas que piensan en esa misma hipotética situación y tratan de desmontar los pensamientos y actuaciones de los anteriores.
Imagino a ambos grupos dándose la razón y la verdad y acusando a los otros.
Luego imagino a una inmensa mayoría de gentes que no terminan de pensar en esas mismas hipotéticas situaciones, ni siquiera si se convierten en realidad en ellas mismas.
E imagino cómo miran unas personas a uno de esos grupos y le da su apoyo e imagino a otras muchas personas mirando al otro grupo y apoyándolas.
E imagino, igualmente, a un grupo amplio de personas que no apoyan a nadie, por muchas y diversas razones.
E imagino a las sociedades arcaicas inventando la guerra, sacralizando la violencia para determinar qué grupo impone la visión de la situación hipotética y cuál es la versión oficial de la realidad cristalizada.
E imagino que por esto mismo los griegos inventaron la democracia, para que la cantidad decidiera lo que la cualidad no puede decidir y así no hubiera tantos muertos.
E imagino a los mayas inventando el gracioso juego de la pelota y el agujero en la pared para que el azar terminara determinando lo que ni la guerra ni la política pudieron arreglar.
Qué imaginación tengo, verdades no tengo ninguna.

Pero lo que cuenta la historia no son situaciones hipotéticas y sabemos que para solucionar estas aporías, desde siempre, o nos hemos matado, o lo hemos votado o ha sido el azar el que terminó arreglando la papeleta. 

11 de julio de 2013

PERCUSIÓN

El tambor es tan antiguo como la humanidad misma. Tuvo que ser una de las primeras formas de comunicación y de expresión musical, artística. Por su antigüedad y por la simpleza de su uso, hay muchos que desprecian la percusión, como algo menor o auxiliar a más altas cotas de arte. 
Me parece que están equivocados.Hay algo cautivador, hipnótico, trascendente incluso, en la cadencia de golpeo, en el ritmo del tañido que nos eleva, que nos conecta a la realidad, que nos despierta a la vida.



Percute y repercute.



Golpea y trasciende.

9 de julio de 2013

Ejercicio de Cinismo o cómo el maquiavelismo me entra en la piel

Si lo bueno hay que hacerlo bien, lo malo hay que hacerlo perfecto.

Cada vez me veo más y más en esta sentencia, que destila, es cierto, cinismo y maquiavelismo. Es el prisma por el que cada día miro la vida que me rodea, la realidad en la que habito. 
Y la aplico a lo que está ocurriendo ahora mismo en la escena política...
¿Qué clase política es la que quiero, la que YO quiero que dirija el cotarro? Pues una que haga bien lo bueno, pero que lo malo lo haga perfecto. Y sí, lo he dicho, doy por sentado y por evidente que lo malo existe y existirá,  que el juego sucio en la política no lo limpia nada ni nadie, que la corrupción es y será ineliminable en el sistema político. Estoy ya de las utopías hasta los santos cojones y de que pidamos a la clase política unas bondades que como colectivo somos incapaces de hacer. 
Me gustaría, pues claro que sí, quisiera que la clase política que me gobierna y se lleva mis impuestos, que me recorta sin misericordia, fuera honesta, transparente y sincera. Y que fuera inteligente, que gestionara con sapiencia y con principios. Pero joder, si los muy cabrones van a ser unos corruptos, por lo menos que tengan la decencia de ser unos corruptos en condiciones. Sí lo he dicho, es que me pone negro esto del crimen imperfecto y dejando pruebas y evidencias por todos lados. ¡Chapuceros! que Nixon se retuerce en su tumba... al nota lo trincaron de lleno y el tío se fue a tomar fanta... 
Y los señores del PP están dando todo un recital de política corrupta y estúpida. Madre del amor hermoso. ¡Pero qué mancha de corruptos idiotas y estúpidos! ¡Estoy hasta las narices de este pagafantismo! Pero cómo se puede ser ... así, tan carajotes, cómo te pueden coger con el carrito del helado de esa manera, sin un plan de contingencia, ni de control de daños, sin un contraataque, sin una cortina de humo.... pero qué mancha de idiotas gobiernan este país... Días cómo hoy lo de la ética y los escrúpulos me .... voy a la máquina, al mecanismo, a la maquinaria.... hoy le dejo la ética y el fantasma para otros....
Ya sabíamos que a nivel de comunicación y control mediático del PP era un cero a la izquierda. Y que son incapaces de rentabilizar nada bueno, ni siquiera de lo que hacen bien. Es que estos tíos no le venden agua a un sediento, ni JB a un borrachuzo, ni un abrigo a un esquimal. Han sido siempre unos negados para el control mediático de masas. Sabemos también que los otros sí que lo hacen del carajo... Todo eso ya lo sabemos...
Ahora, tienen a todo el mundo encima, en la calle, en la prensa, en los hemiciclos, le están dando por todos los lados, con razón y sin ella, unos le meten caña por la impopularidad de los recortes, otros le meten candela simplemente por ser de derechas y conservadores, vamos por ideología pura (aquí siempre ha sido muy chungo, para unos y otros, no tener el color adecuado en la pezuña) otros por pitos y otros por flautas. ¡A ver, todos tenemos razones de peso para darles caña hasta decir basta a esta gente! Y además no son capaces de dominar (como sí hacen los otros) a un grupo mediático para que los defienda, que les eche un capote... Pedro J. ha sacado la faca y les está dando puñaladas hasta en el cielo la boca, Intereconomía lo mismo... Tiene ahí lo de los ERE que son miles de millones, el caso Campeón y no son capaces de hacer ni un huevo frito con ellos... mancha de gilipollas... 
Yo no quiero, ni un minuto más, no quiero que esta panda de estúpidos, de absolutos abrazafarolas sigan gobernando este país... no se puede ser más incompetente...