11 de febrero de 2009

La Invasión de China (II)

La Multinacional Wuaik quiere montar una fábrica de churros largos verdeazulados para la crin de caballo tordo, que se van a vender a lo bestia cuando contraten a Michael Peñasco, la última megaestrella del country y del cine de títeres, para su titánica campaña publicitaria. ¡Un pelotazo vamos! No va a quedar hogar en el mundo que no tenga un mono churrito de colores en el caballo de los niños.
Los gestores de la citada Multinacional se encajan en China un lunes a mediodía y se reunen con los dirigentes del Politbureau chino. La primera sorpresa que se llevan los benditos es que todos los chinos tienen la misma cara con gafas de pasta y llevan el mismo traje gris oscuro feo de narices, que resalta más todavía con el azul marino de sus caros trajes italianos. La segunda sorpresa que los llena de regocijo y los pone al borde la eyaculación es que montar la fábrica les sale por dos duros. Los chicos de los trajes caros flipan en colores y eso que el opio chino no lo han visto ni de lejos. El martes noche ya estan de vuelta en sus lujosas mansiones: ¡Prueba conseguida!.
La voz se corre por todos los mentideros de 5 estrellas del orbe. A Wuaik, la siguen la Torrenz, ¡sí contra! esa que fabrica aceite de remolacha; la Tepez que fabrica radios para motosierras, a partir de ahora el mercado en los leñadores del norte de Europa no se les resistirá.
Casi todas las fábricas de los señores de los trajes caros italianos estan montadas en China. Ergo, China se convierte en el mayor polígono industrial del mundo. Ahora resulta que llegan los verdes diciendo que contaminan mucho. Los de los trajes caros dicen con voz seria, grave y judicial: ¡a mi no me mires pisha, que eso es suelo Chino!. Los del Politbureau se descojonan de la risa, incluso alguno se hace pipi encima del descomunal ataque carcajeril: 'en Europa llevais dos siglos contaminando a tope y ahora nos colgais el muerto a nosotros, irse todos al mismo c...'dijeron los chinos (en chino claro)
Y todos felices, unos con el churrito y sobre todo las Multinacionales que ganan una millonada con el idem. Los del Politbureau que aunque tengan caras de chino y de no enterarse de un pimiento, no tienen un pelo de tontos, empiezan a darle vueltas al asunto. Los trajes caros no los queremos, pero todo lo demás sí, incluido el resto del mundo. ¡Cómo aquí en China el sistema de patentes nos lo pasamos por el forro de los cojones, al lado de cada fábrica A, monto mi fábrica B y ahora la millonada también me la gano yo! Y ¿porqué? Porque el europeito de a pie me va a comprar a mi el churro de la marca 'jnhqwjhfjhw' (escrito en chino claro) a la mitad de precio antes que el Wuaik que cuesta una pasta.
Todavía resuenan los ecos de la juerga gitana que se montaron los del Politbureau. Los del traje caro pusieron mala cara, protestaron dignamente como lo haría cualquiera que hubiera estudiado en Oxford, Yale o la Sorbona: ¡Los chinos nos están tocando los cojones!

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