20 de septiembre de 2009

Sobre la política que hoy en día padecemos…(y 2)

El austríaco, nacionalizado norteamericano después de la Primera Guerra Mundial, parte de dos ideas simples pero de terribles consecuencias: la primera es que no existen ni el Bien ni la Voluntad Comunes; la segunda es que el ser humano está dominado por su irracional y manipulable naturaleza humana. Esto arrojaría a la ciudadanía al peor de los cataclismos si no existieran los Partidos Políticos y sus líderes. Para Schumpeter la Democracia se define así:

El método democrático es aquel sistema institucional1 en el que unos determinados individuos2,3, entre los que destaca el boss o leader o caudillo4, adquieren el poder de decisión mediante una previa lucha o competencia5,6,7por el voto del electorado8,9.

Las consecuencias de esto parecen claras:

1. La democracia no es un sistema de principios o valores. Lo que hace democrático a un gobierno no es ni el bien ni la voluntad general; sino el procedimiento, el mecanismo interior de su funcionamiento: el modus procediendi. La democracia es un sistema de instituciones.

2. Es irreal que el pueblo tenga un alto grado de iniciativa. Por tanto no se puede ignorar que el caudillaje y los partidos políticos son el núcleo central de la democracia.

3. El partido político es un grupo de individuos que actúan en consenso para competir por el poder político. Es la consecución de este poder, y no los principios, lo que define al partido. El partido político es la única forma que existe de canalizar la competencia. El uso que hacen los partidos de la propaganda y las consignas para que el electorado apoye a su boss es esencial en política.

4. Es el leader el que entresaca de todo el maremágnum popular la voluntad latente.

5. Cualquiera puede entrar en competencia por el caudillaje político.

6. Como ningún liderazgo es perfecto siempre ha de quedar la posibilidad de cambiarlo. Debe existir, por tanto, la libre competencia por medio del voto libre.

7. Ningún caudillaje será absoluto. El elemento competitivo hace que estén entrando en liza nuevos candidatos constantemente y que se pueda optar regularmente entre ellos. La competitividad asegura la alternancia.

8. La función del electorado es crear un gobierno. La segunda función es disolverlo, pero no en el sentido de destruirlo o acabar con él. Sí en el sentido de no aceptarlo de nuevo en la competencia, de no darle su apoyo. No es función del electorado fiscalizar al leader y a su gobierno.

9. Además de que el electorado no controla ni al líder ni al gobierno, ahora se añade que tampoco decide qué asuntos políticos tratará o no el leader y su partido.

El Corolario que podemos extraer de lo anteriormente expuesto se resume en dos proposiciones finales, a saber:

- La verdadera función del voto del electorado es aceptar el caudillaje. La democracia debe ser entregada al leader, y a su equipo; al que tenga mayor apoyo electoral.

- La democracia es el gobierno del político. Sin éste, aquella no existiría. La política es una carrera, es una profesión: “el método democrático crea políticos profesionales”.

Para que la democracia tenga éxito se tienen que cumplir cuatro condiciones:

1ª “El material político humano de la política, … debe ser de una calidad suficientemente elevada”. ¿Cómo asegurarse políticos de buena calidad? La propuesta de Schumpeter es que ha de existir un estrato social que tenga a la política como un producto natural. Nace la casta de los políticos profesionales apartada por completo del mundo en el que viven.

2ª La actividad política debe de tener un alcance razonable, no debe ser excesivamente dilatada. Por tanto, el Parlamento tiene que imponerse unos límites razonables. Todo político que nace ha de morir políticamente y ceder su cetro a su sucesor.

3ª Es necesaria la existencia de una burocracia que no sólo sea fuerte, también debe ser eficiente y competente, y que se apoye en una sólida tradición.

4ª Sin fricción no hay democracia. Sin intercambios, sin diferencias, sin lucha ni competencia no existe la democracia. A esto debe acompañarle “un alto grado de tolerancia para las diferencias de opinión”. La lucha descarnada entre unos grupos y otros es condición sine cua non de la democracia.

El modelo de democracia propuesto por Schumpeter es absolutamente descarnado y desabrido. Sólo el desprecio por la ciudadanía es más grave que la crueldad de su concepción estratégica y mesiánica del caudillo. Y yo me pregunto a la vista de las formas políticas democráticas que existen en la actualidad de nuestro tiempo ¿Por qué diablos la política real de hoy en día le dan la razón a este señor? ¿Cuánto de todo esto sigue existiendo hoy en día?

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