27 de febrero de 2010

Shinto La Sabiduría autóctona de Japón (II)

DE UNA MIRÍADA DE KAMIS…

El sintoísmo, esto es, la religión indígena o autóctona o primitiva de Japón era, antes de la llegada del budismo, una mezcla de animismo, seguramente chamanista, y de culto a los antepasados. No tenía ni estructura teológica ni moral adyacente, tampoco jerarquía eclesiástica. Sí tenía un politeísmo muy desarrollado y una mitología muy compleja. El Shinto era la sabiduría de los kami, de los espíritus de la naturaleza concebidos como seres vivos y sagrados:

• Kami de la naturaleza: piedras sagradas, lagos, ríos, árboles, montañas, cuevas, animales salvajes, etc.

• Kami astrales como las estrellas y la Luna.

• Kami de fenómenos meteorológicos como el rayo, el fuego, las nubes, la lluvia, el viento o las tempestades, etc.

• Kami de las cosas cotidianas como Inari o kami del arroz, de los alimentos, del camino, etc.

• Kami diabólicos u Oni.

• Kami de los clanes o Ujigami: deidad tutelar de los clanes. Es el ancestral espíritu colectivo que protege a los clanes

• Deidades vivientes o Ikigami: Individuos excepcionales por su poder o sus capacidades.

• Amatsukami o Divinidades celestiales que residen en el Takarmagahara o Altiplanicie celestial a cuya cabeza se encuentra Amaterasu Omikami.

• Los kami revelan sus oráculos a través de las Miko o médiums chamánicos. Era la designación divina, a través de sueños y posesiones, la que elegía a las chamanes.

Los kami son entidades sobrenaturales y misteriosas, reveladas en la naturaleza y que provocan un sentimiento de solemnidad, veneración y serenidad. Invaden todos los aspectos de la existencia. Están, además, dotados de tama, fuerza, que bien puede ser armoniosa, serena y protectora, como ruda y violenta. Es tarea del hombre controlar esa fuerza y captar la voluntad del kami en su beneficio propio. El modo de captar esa atención será a través de los ritos y las celebraciones. La percepción de los kami es posible de forma intuitiva y emocional. La manifestación de los kami era espontanea durante los sueños o bajo la apariencia de seres misteriosos.

Los antiguos japoneses dedicados a la agricultura, a la caza y a la pesca, también a la artesanía y a la jardinería, sentían fervorosamente que los kami obraban a través suyo. Esta concepción simpática y positiva de la vida es de rasgos similares a la que había en la India védica y que luego cambió en la época de las Upanishad. En el shinto parece que asistimos a un giro similar: del jovial animismo chamánico de los kami pasamos, con la estructuración de los conceptos, a una religión de marcado corte nacional.

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