21 de noviembre de 2011

Hay algo detrás de los números

Siempre hay algo más detrás de los números... siempre. El ser humano es muy poco conformista con la cruda realidad y siempre quiere ir más allá de los hechos básicos de su existencia, unos por unas razones y otros por otras, pero a todos nos recoge la idea de buscar un algo que hay por detrás. Ayer fueron las Elecciones Generales, los números ya están aquí, y yo quiero hacer mis propias interpretaciones, que cada uno haga las suyas. 


Este año, a diferencia de otros muchos, los datos, no dicen muchas cosas. La primera y fundamental, que yo entiendo, es que hay ganadores y perdedores. En las noches electorales anteriores se dibujaba una especie de comedia bufa en la que todos mostraban su mejor sonrisa y el cartel de ganadores. Lo de ayer pasará a ser un recuerdo tormentoso en la biografía de más de un político. 


La situación actual no está para muchas alegrías, por lo que seguir centrándose en el pasado poco o nada de provecho arroja a la tarea que queda por delante. Esto es lo que hay, y ahora a seguir adelante. Lo mismo digo con los malos perdedores y la no aceptación de los resultados, el seguir enrocado en el miedo, el temor, el terror y el espíritu agorero de un posible apocalipsis. A mi entender, los números dicen que apelar al miedo y al horror ya no sirve. A lo mejor tanto batacazo de algunos parte de eso, de optar por el miedo. A estos, recordarles que la base de la democracia (esta que tenemos y no otra) es una cuestión cuantitativa, de número y no cualitativa. No hay forma objetiva y fuera de toda duda que diga qué opción política es mejor que otra. Por eso se vota, porque todas parten en igualdad de condiciones. Y es la mayoría la que decide las cosas. Si no se acepta este hecho básico se puede ser cualquier cosa menos demócrata: hay que ser demócrata en la victoria y también en la derrota. 

En el año 2008, el partido que ayer terminó ganando, cosechó 10.259.199 votos y ahora en 2011 han tenido 10.830.693 votos. Tras cuatro años de crisis y otras cuestiones su techo ha subido en sólo 571.494 votos. ¿Dónde está la explicación de lo que ha ocurrido si realmente la subida no ha sido, ni de lejos, tan potente, solo de un 5% respecto a las anteriores elecciones?
En el año 2008, el partido que perdió aquel año, ayer tuvo 11.259.199 votos y en 2011 ha conseguido 6.973.880. Tras cuatro años de gobierno y desgaste han perdido 4.285.319 votos. Han perdido el 39% de los votos. Esto es una hemorragia, sin paliativos ni subterfugios. Tienen que aceptarlo y dejarse de milongas y componendas. Porque no ha habido un trasvase amplio al enemigo, es que 3,7 millones de votos no se los llevaron los otros sino partidos del mismo espectro ideológico. Con lo que encima, se desactiva la pataleta posterior de llamar estúpidos o ignorantes a los que votan al otro, a los que se pasan a la acera de enfrente. Los otros han mantenido lo suyo, son estos los que han perdido al 40% de los suyos. Puede que ahí este una posible explicación además del hartazgo del miedo y del horror. En la soberbia, la prepotencia y la chulería del que piensa que siempre tiene razón y que lo suyo es lo mejor y la única opción buena; y que sale a relucir en estos momentos de derrota, como respuesta a los propios errores, en vez de mirarse al espejo y reconocer los fallos y aprender de ellos. España no ha girado hacia el ala conservadora, esta cura de humildad significa que ha terminado harta y exhausta de talante, mentiras y fuegos artificiales, de crispación, de separación y frentismo constante.

Para terminar, la democracia es un sistema de gobierno cuya principal característica técnica, a mi entender, es la perfectibilidad, o sea, que puede perfeccionarse, que tiene siempre margen de mejora y perfeccionamiento; que una vez visto los fallos puede cambiarse porque está abierta a esas mejoras. Uno de esos fallos queda aclarado en números: IU consiguió ayer 1.680.810 votos y 11 escaños, y UPyD consiguió 1.140.242 votos y 5 escaños. Otros partidos consiguieron menos votos y más escaños. Por ejemplo, CIU 1.014.263 (16), Amaiur 333.628 (7). Lo de este último es especialmente sangrante por lo que representan, con 806.614 votos menos que el partido de Rosa Díez tienen 2 escaños más. E IU que tiene 666.547 votos más que CIU tienen 5 escaños menos. Esto tiene una explicación y una interpretación, lo primero es el conjunto de circunscripciones y el sistema D'hont (ver aquí y aquí) y lo segundo es que en España no somos iguales y que eso de 'una persona, un voto' es una falacia. Si la democracia quiere mejorar y ser más demócrata una de las cuestiones que tiene que perfeccionar es esta y pergeñar una Ley Electoral acorde a los tiempos que corren donde, sobre todo, se respete la escrupulosidad del 'un hombre, un voto', porque si no somos iguales votando, lo nuclear en la democracia, no podemos ser iguales en otras cosas. 

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