23 de enero de 2016

La imprudencia del bocazas, que sabiendo lo que sabía no dijo nunca lo que sabía, porque sabía que con eso no iba a ningún sitio; y por eso decidió decir otra cosa, sabiendo que diciendo eso que dijo tendría mejores resultados. Y pelillos a la mar.

39.


El sabio aquel, que hace mucho acuñó esa expresión que dice: 'donde dije digo ahora digo Diego', clavó una de las constantes más importantes de la humanidad.


Pero, dice otro sabio, 'todo fluye, todo cambia', lo que antes nos parecía horrible, ahora nos parece bueno, y hasta lo toleramos. No hay nada fijo, nada está marcado de antemano.

Pues claro que sí, alma de cántaro. Todo cambia. Nada es lo mismo. Todo se mueve. Pues claro que sí. ¿Pero eso no lo sabías antes de decir lo primero que dijiste? ¿Si sabes que todo cambia por qué dijiste con seguridad espartana que de ese agua no ibas a beber, si luego sabías que ibas a terminar borracho de ese agua?

La política está llena de bocazas, de personas que largan por la boquita toda una retahíla de cosas que no podrán sostener en el futuro. Lo saben, pero la agitación les puede. Estos personajes tienen una enemiga: la hemeroteca -como la prudencia y la mesura. 

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