4 de mayo de 2017

La coartada de la "sociedad".

87.

Es bueno que siga habiendo gente piadosa que no quiera ver ni entender que la violencia forma parte del ser humano. 
Es digno de loa que sigan escandalizándose frente a lo inaudito de la violencia. 
Todos y cada una de las personas normales y corrientes pensamos que no seríamos capaces de hacer lo que hizo esa otra persona normal y corriente. 
Hasta que dejó serlo –normal y corriente digo. O es que eso de normal y corriente no existe, nos pongamos como nos pongamos. 
La violencia late en el mismísimo interior de eso que llamamos personas normales y corrientes. 
Nos cuesta unir A con B. No se atreven muchos, les asusta miran más allá de lo evidente. 
Las personas que se retuercen en la violencia no llegaron de Marte, ni saltaron de las páginas de un Bestiario medieval. 
Somos nosotros mismos, pero esforzándonos notablemente por un espíritu –una conciencia, o una psique- bonancible. 
No dejar que la violencia se desate requiere esfuerzo -ético y emocional.
Es bueno –digo y repito- que siga existiendo personas así, horrorizadas por el horror. 
Lo que no comparto es que les parezca que es un fallo estrepitoso de la sociedad.
Eso es hacer dejadez de la propia conciencia, de la propia autonomía, del propio esfuerzo, del trabajo -emocional y ético- que hay que hacer con uno mismo. Poner en manos del conjunto nuestro ser y nuestra conducta sí que es un fallo estrepitoso.
Al final, nada será imputable a uno mismo. Todo será culpa y responsabilidad de la sociedad. Y podremos deshacernos de nuestros fallos estrepitosos colgándolos a eso que llamamos sociedad.
Ese día no habrá modo de parar la violencia.

1 comentario:

  1. Mis padres decían que yo no sabía lo que era una guerra. Tenían razón. Nuestra generación, con un poco de suerte, moriremos sin conocer una guerra.
    No lo estamos haciendo tal mal, aun sin conocer la esencia del problema, en nada envidio a un Griego que cada 10 años tragaba una.
    No soy pesimista en esto.

    Kissss y Kissss

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