28 de mayo de 2009

FELICIDADES

     Felicidades a toda la familia blaugrana de España, especialmente a mi padre y a mi hermano. 
    Generalmente el fútbol es una gran fuente de satisfacciones, y también de frustraciones al ser un pozo negro en lo que se refiere a la justicia. Pero en esta ocasión sí gano el que mejor jugó al fútbol. Sólo por eso ya es motivo de alegría.
     Yo, que soy madridista, espero que mi equipo siga la senda que ha mostrado nuestro 'enemigo' balompédico. Han sido varias las razones que han parido este éxito sin precedentes ni paliativos, pero todas y cada una de ellas llegan a un mismo punto catalítico: Pep  Guardiola. Ha sido el centro neurálgico de  la catarsis, y si iba a ser el chivo expiatorio del posible fracaso, es justo y necesario convertirlo en el Gran Maestre del triunfo. Como jugador de fútbol ya fue una figura imprescindible, valorado  tanto por seguidores como por competidores; y como entrenador ha demostrado cosas que algunos veteranos ni han visto de refilón en su vida profesional. Guardiola marca claramente una pauta y una estrategia, tanto en el terreno de juego como fuera del mismo, para todos los que quieran llegar a algo en esto de la pelota.
     El fútbol de toque, pase y velocidad mental primero y de piernas después, hoy por hoy no tiene forma de ser anulado. Eso dentro del campo. Y fuera del mismo, el control casi absoluto del entorno sociomediático del club, primero;  y segundo, el psicológico y emocional del jugador, siendo capaz de rehabilitar para el fútbol a algunos jugadores y controlar a tantos egos y estrellas. Todo eso son aciertos que deben ser apuntados en el debe de Guardiola.  
     Lo dicho, ¡Felicidades!.

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