18 de junio de 2009

¡Estoy con vosotros...!

Escuchar a los padres de Marta hablando de su tragedia me ha dejado el alma helada. Me ofusca mucho el dolor de ponerme en su lugar. Es tremendo por lo que están pasando estas personas que hasta hace nada eran normales y corrientes. No es la primera vez que escribo sobre este tema. Me parece que estamos ante un asunto, una tragedia más bien, importante y paradigmática. Porque aunque estemos ante un caso particular y genuino lo que está ocurriendo saca a la luz cuestiones mucho más generales y trascendentales que ocurren en el universo humano de la epocalidad en la que vivimos.
1- Por ejemplo la mezcla tan extraña y dolorosa de fragilidad y fortaleza, también de locura y cordura. Llevas toda una vida educando y sacando adelante tu familia y en décimas de segundo se va todo por la borda sin que puedas hacer absolutamente nada. Tu vida y la de las generaciones que te siguen han sido radicalmente cercenadas y modificadas. No hay vuelta atrás. Imagino que la locura se apoderará de ese padre: "si pudiera encararme con el niñato se iba a enterar" o "cualquier día de estos le pagaré una pasta a un sicario para que le haga a ese cabrón lo mismo que le hicieron a mi hija, la vida es larga y el cabrón es muy joven, ya pagará lo que la justicia no ha conseguido". Yo al menos pensaría eso si estuviera en su lugar.
Pero luego recuerdas que la vida sigue que tienes otros hijos y otras cosas por la que luchar; y que vives en el mundo de lo políticamente correcto y que como se te suelte la lengua la llevas clara y todos se pondrán en tu contra. Además, tu no eres un desalmado cabrón como esos desalmados cabrones que acabaron con la vida de tu niña. Tiene que haber una diferencia clara y neta entre la diablura de ellos y nuestra normalidad llena de matices y claroscuros. Aquí aparece la cordura y la fortaleza. Alguien debería de mostrarles el camino de la frialdad estratégica del futuro abierto y la confianza en la resolución futura, de algún modo u otro, de su tragedia.

2- No todos vivimos en el mismo mundo. Hace algunos meses lo escribí en un post sobre las pistas del circo de la vida: no todos transitamos por la misma pista. En casos como este la fragilidad se convierte en el desamparo más absoluto que la gente normal y corriente de poder adquisitivo normal y corriente tenemos frente a los poderosos. Esto amplifica la tragedia.

3- El sistema judicial de la Democracia y el Estado de Derecho en el que vivimos tiene un problema absolutamente insoluble. Lo defino brevemente y luego lo argumento. Si no puedes utilizar ni la fuerza, ni la violencia ni destruir derechos, al menos dótate de la mayor de las inteligencias para que no te torpedeen por tus puntos de quiebra.
La democracia es el mejor de los sistemas posibles, pero eso no lo convierte de facto en el sistema perfecto. Tiene graves quiebras y fallos que en este caso se ven claramente expuestos y que los delincuentes pueden, y de hecho lo hacen, explotar a su favor.
Al tener que respetar sine qua non el fondo y la forma (si no sería otra cosa), la funcionalidad y el éxito del sistema y la justicia para los 'Boni' queda completamente en entredicho. El crimen perfecto sí existe y aquí parece que vamos a verlo nacer. Los cabrones que violaron, torturaron y mataron a esa criatura, negándole todos y cada uno de sus derechos humanos, morales y legales, exigen para ellos todos y cada uno de los mismo. Y joder... hay que dárselos.
Pero al cerrarse esa puerta, que ha de quedar infranqueable, hay que utilizar la ventana de la razón y de la inteligencia estratégica y calculadora. Ésta debe convertirse en el ángel custodio de la bondad del sistema. Hay que ser más listos que la maldad de los malos. y ahí está el gran problema de esto. Aquí esta el pilar que se derrumba tirando el edificio. ¡Qué gran decepción! Que los boni somos justos-tontos por ser demócratas, eso es lo inevitable, pero es que los boni somos los estúpidos que no son capaces de desmontarle a estos cabrones su tinglado.
¿Cómo podría la democracia de los boni normales y corrientes reclutar para la causa a los mejores? Los mejores abogados, los muy cabrones, generalmente están muy bien pagados por esos que no tienen problemas con la justicia, por que se la pasan por el forro de la billetera. Utilizan la brillantez de sus mentes y el esfuerzo de su trabajo para encontrar los huecos en el entramado y poder dinamitarlo para salvar a sus pagadores. En un sistema imperfecto lleno de boquetes en el que el más listo gana todas las manos. Una vez más la realidad queda reducida al macabro y asimétrico juego donde siempre salen perdiendo los mismos. La Judicatura o la Fiscalía o la Policía está naufragando en este caso de forma patente y manifiesta. La buena voluntad no basta, este caso lo deja muy claro.

Aquí se fractura la Democracia y el Estado de Derecho, que no acepta, ni entiende, ni da por hecho sus contradicciones, su mal acople de algunas piezas, ni los puntos débiles por donde los listos pueden entrar para sacar provecho. El Estado de Derecho mantenido exclusivamente por una ideología positiva y de buen talante dicharachero es una auténtica mierda, que el cadáver de esa niña no haya aparecido es el hecho palmario que lo explica. La Democracia tiene que estar dotada de mecanismos de autodefensa que taponen en la medida de lo posible los fallos que tiene. Se puede hacer sin caer en el totalitarismo. Si los políticos quieren se puede hacer. Depende de su voluntad. Y aquí es donde volvemos al punto 2.
Mientras que la casta de los políticos y de los poderosos siga viviendo en su Valhalla particular y no baje a la tierra de los mortales; ¡o que digo...! que a alguno de ellos le ocurra algo parecido y sepa de primera mano como se vive en el infierno, no cambiaran nada (mejor sería que a uno de esos cabrones abogados que defienden criminales, violadores, pederastas, traficantes y terroristas, les violaran a su mujer o a su hijo, que sus hijas murieran todas de sobredosis y que acabaran por los aires un día por una bomba... justicia divina habría que llamar a ese día, o el día de la enseñanza en carne propia). Estas cosas no pasan en su mundo y cuando ocurren siempre recurren a sus privilegios e influencias para solucionarlos o a esos abogados que ya saben donde están los fallos de la Democracia para ponerlos a jugar a su favor. Mejor me callo...

Lo repito... ¡Estoy con vosotros...!

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