20 de octubre de 2009

Entre el Pancartismo y la Democracia Representativa (2ª Parte)

     Si estos no fueran ya unos temas delicados que tocan la fibra sensible de mucha gente, los partidos políticos en vez de facilitar el debate y el intercambio de opiniones y soluciones, lo que hacen es meter más leña en el fuego. Lo suyo es el Pancartismo. Ellos saben perfectamente que la protesta en la calle no legitima la acción de gobierno, que la legitimidad parte de las urnas. Lo saben. Pero usan las Manifestaciones y el legítimo derecho de la gente a la protesta en su favor cuando les conviene, para socavar a su enemigo político. Y luego lo denuncian como manipulación cuando la ola se les vuelve en contra. Lo hizo el PSOE en su día y lo hace ahora el PP. Son las dos caras de una misma moneda. Los medios de comunicación sólo denuncian al contrario, no denuncian al partido que defienden cuando trata de manipular a la opinión pública, es más ellos mismos se dejan usar por los políticos para llevar a la ciudadanía un clima de tremendismo y sofoco. Son cómplices en la crispación que vive la sociedad.
     Y ellos tienen la solución. Pero no quieren aplicarla. No les conviene aplicarla, porque en el status quo actual tienen el poder y no quieren perderlo. Me explico. Como dije antes la democracia en la que vivimos es representativa en un modelo puro, con una ley electoral muy restrictiva a la hora de proponer listas y a la hora de asignar escaños a partir de los votos. Todo eso se puede cambiar. Y en vez de un modelo puro de representación tener un modelo mixto de representación y democracia directa. Y sobre todo modificar las leyes electorales para que haya listas abiertas y una equidad en el reparto de escaños por votos. Lo repito, eso lo pueden hacer. Sólo tienen que tener honradez, voluntad política e inversión tecnológica.
     Y ahí es donde fallan PP y PSOE en la honradez y en la voluntad. Hasta ahora el voto es un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo y al antojo de otros poderosos que están detrás de los grandes partidos. Votas una vez cada cuatro años y ellos luego hacen con él lo que les da la gana. En mi opinión habría que reformar esto. Y que cierto tipo de decisiones las tomara la ciudadanía al completo, al menos esa parte de la ciudadanía que quiere implicarse como adultos en su dirección y gobierno y no los partidos políticos y sus intereses. Esa sería la auténtica legitimidad y no la pancarta. Igual que se va en masa a manifestarse, se tendría que ir en masa a votar y modificar legítimamente lo que se cree injusto ¿Meter a todo un país en guerra? o ¿Hacer posible que una niña de 16 años aborte sin que sus padres se enteren? Aquí sí tendría que haber un sistema para que la gente decidiera con legitimidad política, en las urnas, qué decisión se toma. No se trata de que cada decisión se haga de manera directa. Pero sí que es posible detectar los 2 o 3 temas que la ciudadanía tendría que decidir individualmente. Pero claro, eso supondría el fin de los políticos y sus partidos tal y como lo conocemos ahora, la caterva política perdería sus prebendas, sus privilegios. Cesaría gran parte de la corrupción, como la de Filesa o Gurtel, la ciudadanía se vería abocada a hacerse mayor a madurar, a dejar a un lado el paternalismo protector y manipulador de los políticos.

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