21 de diciembre de 2015

A vuelapluma


1. A estas alturas de vida, ver la decepción de algunos por los resultados electorales de ayer me da la risa, la verdad. Verlos rasgarse las vestiduras me afila el cinismo, me aviva el sarcasmo. No se han enterado de nada. No saben de la sociedad donde viven.

2. Parece que éstas serán las últimas Elecciones Generales de todos los tiempos. Que no habrá un mañana. Que el Armageddon que se nos cierne hará imposible que dentro de 4 años (quizás antes) vuelvan a convocarse otras.

3. El pueblo habla (sic). La voluntad de los españoles, expresada en las urnas ayer, es que sigamos enfrentados y a la gresca. El pueblo no quiere ser gobernado, quiere ser ingobernado, quiere seguir menospreciando al otro que no votó lo mismo que tú.

4. Del dicho al hecho hay mucho trecho. Hay que sacar de la hemeroteca lo que los líderes han dicho en la campaña. Y ver si ahora hacen lo que dijeron o no. Más de uno se va a tragar sus palabras. Más de uno se va arrepentir de decir lo que dijo.

5. Por algún sitio hay que empezar. Si no se les ocurre nada, yo le aconsejaría que empezaran por cambiar las reglas de juego. Modificar la Ley Electoral, las Circunscripciones y la Ley D'hondt es perentorio. 

6. En el momento en el que tendríamos que estas sacando lo mejor de cada cual, y fijarnos en lo que nos une -para negociar y pactar- nos sale la hostilidad, nos a ponemos afilar los cuchillo, a cargar el tirachinas.

7. Ser de izquierdas es tener un don. Ser de derechas es tener una tara. El de izquierdas exhibe lo suyo como el pedigrí de su perro de raza y ve al otro como alguien que porta un mal infectocontagioso del que tiene que protegerse. En este caldo de cultivo se tiene que dar el 'Gran Pacto'. ¡Ni de coña! Al contrario también pasa, que conste.

8. Algunas cosas o terminas por aceptarlas y superarlas, o son esas cosas las que te superan y terminan  contigo. Me refiero, claro está, a que la corrupción en España no penaliza. Repito, no penaliza. Lo de Andalucía lo deja claro, lo de ayer lo confirma. Y esto hay que aceptarlo con empaque y madurez. Hay que dejar de poner cara de pánfilo, de sentir estupor y asombro. De patalear como un niño pequeño al que no le encajan las piezas del juguete. No seamos ingenuos, como si ninguno hubiera partido un plato en su vida. La corrupción no penaliza en España. El voto útil está antes en la lista de preocupaciones de la mayoría.
¡Qué soy un cínico!, pues claro. El cinismo es la única medicina que funciona un día como hoy. La ironía y el sarcasmo son los fármacos que hacen efecto. Yo la recetaría, si el PP me dejara hacerlo. Pero no me deja. 


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