¿Por qué tendría nadie que sentirse culpable por los aciertos, por las virtudes, cuando las cosas te salen bien, o cuando la suerte se convierte en tu aliada?
Cuídate mucho de aquellos que te penalizan por hacer cosas que consideras buenas, que te castigan cuando las cosas te salen bien, o que te maltratan cuando la fortuna se para delante de tu puerta. Y si no puedes evitarlos, que una de esas cosas buenas que haces sea que no dejar que te chupe las energías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario