2 de marzo de 2009

Democracia de mínimos (II)

      En Galicia tenemos una nueva mayoría absoluta. El PP ha conseguido el número suficiente de escaños para gobernar sin problemas. Aquí tenemos un problema importante: el del rodillo. Ahora ese partido sale del domingo legitimado en las urnas para implantar su política. Tiene carta blanca para hacer y deshacer sin oír a nadie más que a ellos mismos.
      Los otros, lo acusaran ahora de utilizar el rodillo de forma antidemocrática. Les dirán que son unos totalitarios por hacer su política sin contar con un consenso más amplio. Y ya tenemos montado el lío. Y ya tenemos encima de la mesa la típica hipocresia política.
      Cuando el PSOE hace algo es buen talante y cuando lo hace el PP es fascismo. Y esto hay que aclarárselo a la opinión pública. Dejar de tratarla como si fuera estúpida. Cuando tu haces X es maravilloso, pero cuando te lo hacen a ti es malo, muy malo. Los partidos políticos no han aprendido a perder.
      ¿Qué es entonces democracia, lo que se vota el domingo o lo que se hace a partir del lunes? Y tiene que ser siempre lo mismo, no decir que sí cuando conviene y decir no cuando pierdes. Este es el primer ejemplo de democracia de mínimos. Sólo tenemos la forma, sólo tenemos el motor.
      Tenemos una pésima ley electoral. Y luego está la falta de honradez por parte de la clase política. Nadando en el lodo de sus mezquindades e intereses. Unos no son capaces de escuchar y llegar a consensos amplios. Los otros no aceptan los resultados e intentan manipular a la opinión pública acusando a los otros de lo mismo que ellos hicieronen su día.

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