3 de abril de 2009

Los Vendedores de Humo

Se ha celebrado en Londres la Cumbre del G-20 cuyo fundamento primero y único ha sido tratar de solucionar la gravísima crisis económica y finaciera que atraviesa la Humanidad.
¡Qué gran fracaso!, ¡Qué enorme fiasco!, ¡Qué monumental tomadura de pelo! Para empezar las pretensiones iniciales de la misma eran absolutamente kafkianas: refundar el capitalismo. El capitalismo nunca fue creado, ni fundado, ni siquiera desarrollado por los aparatos estatales públicos. Es, por tanto, en todo punto imposible que estos aparatos refunden nada, por mucho Obama  que esté presente. La economía de mercado basada en el capital, esto es el 'capitalismo', y su evolución en la modernidad en la que vivimos y que se ha venido llamando 'globalización', esto es, la mundialización forzosa del mercado, fue desarrollada por las instituciones empresariales transnacionales, o sea, las Multinacionales y el Sistema de la Banca Internacional. Estos complejos constructos están fuera del alcance de las decisiones democráticas, pero tiene un peso enorme en la vida cotidiana de millones de personas. [Si no que se lo digan a los miles de parados, y sus familias, que se ven afectados por la deslocalización de sus Industrias a otros países"más baratos"].
El papel de los aparatos estatales fue, y tenía que ser ahora más que nunca, el de control de ese aparato económico financiero. Por eso esta cumbre es un rotundo fracaso de proporciones colosales. Refundar el control del capitalismo tendría que haber sido su fundamento. Pero no lo ha sido. Las medidas propuestas para ejercer ese mínimo control que nos protejan de las irreversibles consecuencias que tan importantes y destructivas decisiones tuvieron en esta crisis mundial, para que no vuelva a repetirse, son vagas e inespecíficas. En todo punto inservibles.  Son líneas abstractas que no se han desarrollado. Es un engaño, tratan a los ciudadanos como absolutos lerdos. 
Resulta que los podres públicos, que tendrían que ser los garantes de las ciudadanías y electorados que los eligen directamente se han alineado a favor de estos poderes fácticos privados. ¡Esto es tremendo! ¡Inaceptable! Son los Gobiernos los que protejen a las Multinacionales de la ciudadanía, y no al contrario. Y esto lejos de ser una situación puntual, se ha convertido en la situación normal del mundo en el que vivimos. El Estado y la clase política se han convertido en los cancerberos del Hades empresarial globalizado. ¿Quién controla ahora a los que nos controlan?
Esta situación de desamparo que tiene la ciudadanía, de impotencia ante la perversión procaz de sus clases dirigentes, tiene ya, pero seguro que tendrá y no a mucho tardar, graves consecuencias en el devenir de la historia. Y ese ha sido, para terminar, el gran no ¡qué digo!, grandioso fracaso de esta cumbre: los vendedores de humo  nos han querido vender a través de sus aparatos de propaganda  que éste era el punto de inflexión hacia un tiempo mejor para el ser humano; pero ese ha sido el gran derrotado en todo esto, derrotado por que ha sido el gran ausente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario