16 de agosto de 2009

No hay monedas con dos caras (II)

Vivimos en un sociedad a la que le cuesta trabajo esforzarse por mejorar y por estar mejor formada, tanto en los aspectos emocionales, como intelectuales como éticos. Somos además, una sociedad que no recibe en ningún momento de su vida académica nociones, ni siquiera básicas, de Salud. Todo lo relacionado con las enfermedades y la forma de prevenirlas nos suena a chino mandarín, por lo menos. Todos queremos vivir más y mejor, cada vez rodeados de más y mejores comodidades. Nos cabrea que algo o alguien nos rompa esta dinámica. Y lo peor de todos es que no estamos acostumbrados a que nos digan las cosas de verdad a la cara. ¡Eso sí!, nos encanta la pelea y la discusión. Nadie elude una buena riña, bien sea en la calle, en el trabajo, haciendo cola en el Ambulatorio o delante de la TV. Pero a nadie le gusta que le digan lo mal que hace las cosas o lo poco que piensa en las cosas importantes. Por eso las parrafadas como estas ya no se llevan o caen tan mal cuando se escuchan.

En lo profundo de la mente ha ido creciendo la idea de que somos 'intocables' y que nos acercamos a una especie de 'inmortalidad' o de 'bálsamo de la eterna juventud'. Por eso hay tanta gente le cuesta asumir que él mismo o alguno de sus familiares está gravemente enfermo.

En lo profundo de la mente también ha ido creciendo la idea de que la ciencia médica está tan avanzada que hay ya píldoras y tratamiento para todo. Y que como uno paga religiosamente sus impuestos ha de haber Hospitales con tecnología punta por todo el orbe esperando solícitamente reparar todo lo que se escacharra. Por eso hay tanta gente a la que le cuesta asumir que hay enfermedades incurables, más aun, que a determinadas edades el proceso es irreversible.

En lo profundo de la mente ha ido creciendo la idea de que 'Papá Estado' ha de ocuparse de todo lo que nos atañe. La política y los políticos, su eterna guerra de eslóganes y engaños, y de manipulaciones a la opinión pública, han diseñado una forma de vida en la que la ciudadanía tiene la idea de que todo es a coste cero. Carreteras, colegios, Aeropuertos y Sanidad, todo a full y para todo el mundo. Y además exigiendo calidades máximas y sin esperas. Lo siguiente es que 'Papá Estado' se haga cargo de los ancianos y sus pluripatologías crónicas, invalidantes y terminales.

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